Formación Escuela de Aviación

Volar casi como los pájaros

  • Un centro ubicado en Villanueva del Trabuco funciona como escuela para la preparación de pilotos de ultraligeros · Los cursos cuestan unos 1.200 euros y en tres meses el aprendiz ya puede ir solo

El sueño del ser humano por volar le ha perseguido siempre desde tiempos inmemoriales. Un sueño que la mitología ha recreado en numerosas historias, destacando entre todas la de Ícaro y su padre Dédalo. Cuenta la leyenda que ambos, hechos prisioneros en el laberinto de Creta, construyeron unas alas de cera y plumas para huir, pero Ícaro se acercó tanto al sol que la cera de sus alas se derritió, cayendo al mar. Otras leyendas se centran en otros personajes que tienen la capacidad de volar como duendes, hadas o las brujas, que podían hacerlo usando una escoba.

Hoy en día, el sueño se ha hecho realidad y volar es posible gracias a lugares como el Centro de Aviación Jupamo, que desde el año 90 funciona como escuela para la formación de pilotos de ultraligeros. En la actualidad sigue funcionando como centro de vuelo y en breve retomará de nuevo la formación de alumnos. Ubicado en Villanueva del Trabuco, "ofrecemos cursos dirigidos a cualquier persona interesada, mayor de edad, que sienta la inquietud por el vuelo, le guste el deporte y el aire libre", destacó Juan Antonio Paneque, dueño del centro.

Estos cursos constan de una parte teórica y otra práctica, que se dan de forma conjunta y que suelen durar unas catorce horas aproximadamente. Suelen darse los fines de semana en el aula preparada que posee el centro o bien en la academia que tienen en Málaga, aunque la formación práctica se realiza siempre en fin de semana. El precio aproximado de el curso se sitúa en los 1.200 euros.

"Una persona que le dedicara todos los fines de semana, en tres meses puede estar volando solo, una vez concluida su formación se le convoca para el examen que le permita obtener su licencia para el vuelo de ultraligeros y así ya podría operar en todos los campos nacionales", comentó.

Para la formación, este centro cuenta con un instructor, Jesús Miguel Pérez Hoyos, gracias al cual alrededor de 200 personas procedentes de la provincia de Málaga han conseguido ya su licencia de pilotos ULM (Ultraligero Motorizado). Una licencia que otorga la Dirección General de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento.

Curiosamente el perfil de la persona que se inicia en este mundo no es el esperado, ya que no suelen ser demasiado jóvenes, a partir de los 40 años, pero todos coinciden en algo, "son amantes de la libertad, la naturaleza y sobre todo, la pasión por volar, algunos la tienen latente pero cuando prueban y la descubren ya no pueden pararla", afirmó este apasionado de los ultraligeros.

La primera hora de la mañana es la perfecta para volar, ya que está todo más en calma, desde las 8.30 y hasta que el viento lo permite, los aficionados se acercan los fines de semana hasta aquí para practicar, quedando conformada la zona de vuelo en el límite de la provincia hacia el norte, dirección Granada.

Por suerte, Juan comparte su afición con su mujer y sus dos hijos, uno de los cuales posee la licencia de vuelo ultraligero. "Comencé a aficionarme por este mundillo, cuando de joven viajé al sur de Texas y comprobé con sorpresa que allí existían los ultraligeros como aquí las motos pequeñas, cuando llega uno de los primeros modelos a Madrid de manos de Rafael Frutos, lo invitamos a conocer esta zona y nos iniciamos con él en esta aventura".

Corrían los años 70 cuando ocurre este acontecimiento, para entonces Juan ya había podido satisfacer su gusanillo de volar al haber realizado su servicio militar en la base de Málaga, ya que reconoce que recibió muchas invitaciones por parte del jefe de la base. Este centro dispone de una pista de grava compacta de 400 metros de longitud, de orientación norte-sur con dos accesos, que permite el vuelo de varios ultraligeros. Además de un hangar de 300 metros cuadrados con capacidad para seis aviones, emisora y todo el material necesario para su funcionamiento como oficina o servicios.

Las puertas de Jupamo están abiertas para todo aquel que tenga curiosidad por conocer este mundo y la invitación a volar los fines de semana, para probar nuevas sensaciones está asegurada.

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