Yagüe afirma que Carlos Fernández vive a cuerpo de rey escondido en Argentina

"¡Yo sé dónde está y cómo vive!". Yagüe apuraba ayer los últimos segundos de su declaración ante el tribunal del caso Malaya que la juzga por corrupción cuando en un arrebato afirmó que sabe dónde está Carlos Fernández, el concejal andalucista huido de la Justicia hace seis años y desde entonces en paradero desconocido.

El presidente del tribunal, el magistrado José Godino, le insistió inmediatamente si es cierto que efectivamente conoce el escondite del que fuera tercer teniente de alcalde de Marbella durante el último gobierno del GIL. La acusada dijo que sí. Durante unos segundos pareció desconcertada, pero finalmente se arrancó. Primero explicó que cuando ella estaba en la cárcel un amigo de su familia lo vio en el aeropuerto de Buenos Aires. Después contó que sabe "por otra persona" que el procesado Ismael Pérez Peña se ha reunido con Carlos Fernández en Argentina. Precisamente, Pérez Peña es el primer empresario que ha firmado un pacto con la Fiscalía que incluye la confesión de que pagó sobornos en el Ayuntamiento de Marbella.

Carlos Fernández jugó un papel relevante en el acuerdo que reunió en un mismo barco a los concejales andalucistas y socialistas de Marbella con los leales a Jesús Gil para derrocar en agosto de 2003, mediante una moción de censura, a Julián Muñoz, que había ganado las elecciones hacía poco más de dos meses. Cuando explotó la operación Malaya, a finales de marzo de 2006, y la alcaldesa y parte de su equipo de gobierno fueron detenidos, Fernández y los otros dos antiguos concejales andalucistas hacía unos meses que estaban fuera del poder por desavenencias con Marisol Yagüe.

Aún así el juez de instrucción ordenó su detención el 26 de junio de 2006. El letrado del ahora prófugo le informó de que se encontraba recorriendo el camino de Santiago, pero que estaba dispuesto a interrumpir su peregrinaje para regresar a Marbella y ponerse a disposición de la Justicia. Estas fueron las últimas señales de vida que dio.

Posteriormente, los investigadores realizaron un informe tratando de establecer qué había pasado con Carlos Fernández. Llegaron a la conclusión de que desde Castilla-León saltó a Portugal, viajó a Brasil y, finalmente, a Buenos Aires, donde quedó registrada su entrada con su identidad real. Aquello fue en julio de 2006 y la orden de detención internacional del juez Miguel Ángel Torres todavía no había llegado. Después todo han sido conjeturas y rumores.

El magistrado José Godino ordenó ayer que se diera traslado del testimonio de Marisol Yagüe a la Policía "para los efectos legales oportunos". En definitiva, para que los investigadores determinen si vale la pena seguir la pista que acababa de aportar la procesada.

La exalcaldesa no sólo explicó que Carlos Fernández había sido visto por un conocido de su familia en el aeropuerto bonaerense y dio cuenta de la extraña reunión entre el que fuera concejal de seguridad de Marbella y el primer empresario que ha confesado en Malaya que existió corrupción en aquel gobierno del GIL. También está lo que insinuó: "La Policía no fue a por él porque tenía mucho que ver con todo esto. No perdonó que lo echáramos" del equipo de gobierno. Es decir, sugirió que los propios investigadores permitieron que huyera a cambio de proporcionarles información, un trato que a él le resultaba interesante no sólo porque evitaba el proceso, sino también porque le permitía vengarse de sus últimos compañeros de viaje político.

La exalcaldesa de Marbella dejó caer que vive a cuerpo de rey en Argentina gracias a los fondos que consiguió rapiñar en Marbella, razón por la que le "echó" del equipo de gobierno y le interpuso una querella por "apropiarse del dinero del Atlético de Marbella".

Por otra parte, Yagüe se desentendió ayer de los convenios urbanísticos que se firmaron en su época en Marbella. Según su versión, los negociaba Roca y sólo se aprobaban si contaban con el visto bueno del interventor y del secretario.