El abogado ex socio de Mata presumía de contactos "al máximo nivel"

El primer instructor del caso Malaya, Miguel Ángel Torres, autorizó a los agentes que investigaban la trama de corrupción de Marbella el pinchazo del teléfono del abogado Antonio Gijón, en ese momento socio de la ex delegada provincial de Vivienda y Ordenación del Territorio, María José Mata, el 16 de diciembre de 2005. La Policía había interceptado dos días antes una conversación del letrado con la entonces primera teniente de alcalde de Marbella, Isabel García Marcos, que mostraba, a juicio de los investigadores, que Gijón era "conocedor de datos relevantes" que incidían "directamente" en los hechos investigados. El abogado presumió ante ella de que tenía contactos en todos los niveles, algo que repetía con frecuencia en los diálogos telefónicos que le fueron grabados y que están recogidos en un informe policial de 16 páginas incluido en el sumario del caso.

Ese documento, que contiene las dos conversaciones que el abogado mantiene con Mata por teléfono, hace una criba de todas las llamadas efectuadas por el letrado entre el 16 de diciembre de 2005 y el 4 de enero de 2006 y se ciñe a las que tienen "interés" dada la "acumulación" que existe. Son varias y la conclusión de los investigadores en ese momento, según consta en el informe, fue que persistían los motivos que originaron las escuchas al teléfono de Gijón, "abundando los indicios racionales que indican la presunta comisión de hechos relacionados directamente" con la investigación. Se pidió entonces la prórroga de las escuchas durante un mes más, algo que autorizó el juez Torres una semana más tarde, el 12 de enero.

En el auto donde se dio luz verde a continuar con las escuchas, el magistrado resalta que las conversaciones del abogado "ponen de manifiesto" contactos con García Marcos y otras personas del Ayuntamiento y que Gijón se muestra "reticente" a hablar por teléfono y parece "interesado" en el Urbanismo de Marbella, además de "presumir de contactos al más alto nivel para dar solución" al Consistorio de Marbella. El Ayuntamiento se enfrentaba en ese momento a la retirada de sus competencias urbanísticas. "Sin olvidar que también mantiene conversaciones con la que al parecer es inspectora de Urbanismo de la Junta de Andalucía", concluye el auto. Sin embargo, en el sumario no hay más constancia de investigaciones nuevas en este sentido.

La nota común de las conversaciones de Gijón es que hacía gala de sus contactos y relaciones, tanto con el Ayuntamiento como con cargos de la Junta de Andalucía. "Hace mención a que conoce a cinco o seis personas en la Junta (altos cargos que previamente pertenecían a la Administración central)", explica la Policía sobre una de las llamadas incluida en el informe. Los investigadores apuntan constantemente la asiduidad con que el abogado habla de sus buenas relaciones en todos los ámbitos.

La Policía se hace eco en su informe, por ejemplo, de que Gijón dice que "tiene mucha relación" con Paulino Plata (entonces consejero de Turismo) y José Cosme, delegado del ramo en Málaga. Otras personas a las que alude el abogado son Ángeles Muñoz y Jaime Mayor Oreja, del PP.

El documento incluido en el sumario analiza otra conversación telefónica que llama la atención de la Policía porque en el transcurso de la misma el letrado llega a autodefinirse como "el padrino" respecto a las posibilidades de conseguir lo que se proponga.

El informe policial, que rescata las conversaciones que considera más importantes para la investigación, contiene una larga charla en la que el abogado adelanta a una persona que no está totalmente identificada que existe una operación de la Fiscalía Anticorrupción contra Marisol Yagüe. Este diálogo se produce el 16 de diciembre de 2005, tres meses antes de que estallara el caso Malaya y se produjeran las primeras detenciones que derivaron en la disolución del Ayuntamiento de Marbella.

Málaga Hoy localizó telefónicamente el jueves a Gijón para recabar su versión sobre los hechos que aparecen en el sumario. Éste emplazó a los periodistas a una conversación posterior que no ha podido producirse pese a los reiterados intentos de este periódico.