El acusado de pagar para que mataran a sus hermanos se desdice
Comienza el juicio popular por el crimen de Los Parrato en Villanueva del Trabuco
José Cabello, acusado de pagar a un hombre para que asesinara en Villanueva del Trabuco a sus dos hermanos mayores para cobrar una herencia familiar, negó ayer los hechos y afirmó que no se acuerda que confesara el crimen ante la Guardia Civil. El juicio popular por el conocido como el crimen de Los Parrato comenzó ayer y en el banquillo de los acusados también está sentado otro vecino del municipio, que fue supuestamente el autor material del doble crimen contratado por el primero.
Ambos negaron ser los autores de los crímenes y el presunto autor material aseguró que se inventó una historia para que la Guardia Civil no le siguiera presionando. La fiscal le preguntó cómo podía ser que dicha historia imaginaria coincidiera con la verdad y el acusado afirmó: "Yo ya desde la escuela ya me inventaba cuentos, porque tenía mucha imaginación, me gustaba mucho la literatura". Respecto a los restos de pólvora que tenía en sus ropas señaló que es cazador y que horas antes de su detención estuvo haciendo tiro al plato.
El abogado del presunto inductor de los crímenes defendió que su cliente es una persona con problemas psicológicos, que no tiene apego afectivo y que no sabe ni leer ni escribir.
Los hechos se remontan a agosto de 2007 cuando José Cabello propuso presuntamente a otro vecino de Villanueva del Trabuco, Miguel Ángel Gemar, que matase a sus dos hermanos a cambio de un dinero que oscilaría entre 48.000 y 180.000 euros, según el relato acusatorio.
El ministerio público mantiene que el primero de los acusados, de profesión agricultor, era conocedor de que si fallecían sus dos hermanos él podría cobrar "una sustanciosa herencia".
Para ello, el 29 de febrero de 2008, los imputados robaron a un cazador una escopeta cuando éste se bajó de su vehículo y lo dejó sin cerrar. El 2 de marzo de 2008, sobre las 10:00, José Cabello acompañó al otro al lugar exacto donde se encontrarían sus hermanos horas más tarde para poder ejecutar lo pactado.
Sobre las 13:00 del mismo día, M. A. G. A. se dirigió al lugar reseñado por el otro procesado, una finca de olivar, conocida como Rajaestacas, donde estaban trabajando los hermanos.
El procesado se acercó a unos tres metros de sus víctimas, que estaban comiendo y cuando se encontraba a poco más de un metro efectuó dos disparos a uno de ellos, uno en la cabeza y otro en el brazo derecho, y a su segunda víctima tres impactos, en el tórax, cabeza y abdomen, según el relato del fiscal.
Los dos agricultores fallecieron como consecuencia de los impactos de los disparos, según se desprende del examen forense que se unió al procedimiento penal.
Consumado el crimen, el autor material se dirigió a un paraje conocido como El Mesías, en la localidad de Villanueva de Mesías (Granada), donde sumergió el arma en un riachuelo y luego la cubrió también con varios troncos de madera.
A media tarde del mismo día, ambos procesados coincidieron en el pueblo y Miguel Ángel Gemar comunicó a José Cabello: "El trabajo está hecho".
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