Málaga

El adiós del capitán Kostas

  • El capitán griego que llevaba un año abandonado por su armador en un barco sin luz ni agua regresa a Grecia

Hoy se cumple un año de la llegada a Málaga del buque de carga general Arhon, y a bordo, ya no queda nadie. El pasado lunes, tras una épica odisea en defensa de sus derechos, el capitán griego Christantonis Konstantinos tomaba un avión que lo llevaba de vuelta a su tierra. Después de resistir 365 días, primero acompañado de parte de su tripulación, y desde octubre solo, el capitán Kostas (así se le ha bautizado en el ambiente portuario durante su larga estancia en Málaga), aceptaba la propuesta que el Ministerio de la Marina Mercante griega le ofrecía para dejar su barco.

Tras una inspección por parte de Capitanía Marítima en diciembre de 2010, el Arhon quedaba detenido por una serie de deficiencias técnicas. Ante la imposibilidad del armador del buque para pagar los 90.000 euros que se le imponían como garantía, la tripulación del barco comenzaba a sufrir restricciones, y el combustible, los alimentos y el dinero empezaban a escasear. Varios meses después de iniciarse esta aventura, y tras dejar el barco la mayoría de la tripulación, las carencias de este buque griego se fueron acentuando.

Ya solo en su barco, y con un documento oficial en el que se le reconocía como abandonado por su armador, el capitán Kostas vivía sus más duros momentos. Subsistiendo en unas condiciones infrahumanas que fueron desveladas por este periódico, el marino de 49 años, sin luz ni agua caliente a bordo y comiendo en un restaurante griego, comenzaba a recibir la ayuda de la comunidad portuaria malagueña que puso en marcha sus recursos solidarios ante el abandono.

Asistido por tres abogados, uno en Grecia y dos en Málaga, el capitán Kostas tras muchos meses de lucha en los que la comunidad griega malagueña siempre ha estado con él, finalmente conseguía un tercio de los 30.000 euros que se le deben, un pago que correrá a cargo del Ministerio de la Marina Mercante griega. Obtenida esta mínima recompensa, y a la espera de que la futura venta del Arhon le reporte la totalidad de lo que se le debe, el pasado domingo, el capitán Kostas bajó por última vez la escala de su barco. Con dos maletas y muchos recuerdos, su última noche en Málaga la pasaba alojado en un hotel tras despedirse de todas las personas que le han ayudado en esta aventura penosa.

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