La crisis ha influido, pero no es la única causa. Además están las demoras hasta completar el proceso -que puede prolongarse incluso seis años- y las trabas administrativas que ponen los países de origen de los niños. Sean cuales sean las razones, lo cierto es que las adopciones internacionales han caído en la provincia de Málaga un 77% desde 2007. Según los datos aportados ayer por el Ayuntamiento de la capital, en ese año se produjeron 240 adopciones internacionales, mientras que en 2012 la cifra se situaba en 56. La tendencia descendente es la misma que la registrada en España en el mismo periodo, en el que se pasó de 3.648 a 2.573. Pero a nivel nacional la caída (19%) no ha sido tan acentuada.

El concejal de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, Francisco Pomares, achacó ese descenso a la crisis y las esperas. "Los padres adoptivos entran con una motivación muy fuerte, pero cinco o seis años de espera cansan", dijo. El edil reconoció que es un proceso complejo, pero insistió en que "algo más se podrá hacer" para acortar los tiempos. "Porque [los padres] cogen a un niño, pero dejan cientos y hay que mejorar el proceso porque siempre es mejor que un niño esté en una familia que en un centro", acotó.

El concejal presentó ayer la conferencia organizada por el Ayuntamiento y el Colegio de Médicos sobre adopción internacional que tendrá lugar esta tarde (19:00). Pomares detalló que una adopción puede suponer un gasto -entre viajes y documentación- de unos 12.000 euros.

Pero, más allá del coste, el edil destacó que los padres inician el proceso "con ilusión", pero muchas veces acaban pasando "un calvario" administrativo. Por eso reiteró que debe mejorarse el proceso para que "sigan ofreciéndose padres para abrir su familia. Porque hay parejas con corazón de oro que quieren adoptar y niños que esperan en algún lugar remoto del mundo a que aparezcan sus padres. Por eso, el proceso debe ser rápido y urgente para no hacer pasar a la familia por un calvario administrativo".

El conferenciante de la jornada organizada por el Colegio de Médicos es Julián Lirio, jefe de Pediatría Social del Hospital Niño Jesús, de Madrid. El encuentro está abierto para profesionales, asociaciones y familias.

Lirio llamó la atención sobre "la responsabilidad que supone aceptar los niños de otro, integrarlo en la familia y lamer las heridas con las que vienen". El experto reconoció que no deja de sorprenderle la capacidad de adaptación de estos menores que aprenden el idioma "en pocos meses", así como la actitud de los padres "que son de una madera especial". Solo en Rusia hay unos 700.000 niños en orfanatos esperando familias que los adopten.