El aeropuerto de Málaga ha sido uno de los pocos en cumplir los deberes económicos este año. El ministro de Fomento, José Blanco, anunció ayer que esta instalación cerró el año pasado con un beneficio bruto de 12,8 millones de euros. Quitando los impuestos, el beneficio neto alcanzó los 9 millones. Este resultado es curioso por varios aspectos. El primero porque Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) ha invertido más de 300 millones en la construcción de la nueva terminal, que será inaugurada en las próximas semanas. Fuentes de Aena no precisaron si ese gasto se contabilizó en 2009 o si se reflejará en las cuentas de 2010. Blanco, que ayer compareció en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, destacó que Aena ha invertido más de 17.300 millones de euros en los aeropuertos españoles en los últimos 10 años y destacó las "próximas inauguraciones de las nuevas terminales de Málaga y León en 2010".

En segundo lugar, éste no ha sido el mejor año para el aeropuerto malagueño. La crisis económica, que ha reducido el número de turistas extranjeros a la Costa del Sol cuya principal puerta de entrada a Málaga es el aeropuerto, y la consolidación del AVE entre Málaga y Madrid ha provocado que, entre enero y noviembre -últimos datos disponibles-, el número total de viajeros disminuyera un 9,8% respecto al mismo periodo del año anterior, hasta contabilizar los 10,9 millones de pasajeros. El número de operaciones en los 11 primeros meses del año también se redujo un 14,1%, hasta las 97.061. No obstante, el descenso ha sido generalizado en todos los aeropuertos españoles y el de Málaga se mantiene como el cuarto más importante del país por detrás del de Madrid-Barajas, El Prat de Barcelona y Palma de Mallorca. El aeropuerto malagueño ha sido uno de los diez únicos recintos gestionados por Aena que obtuvo beneficios el año pasado. Ocupó el quinto lugar en el ranking de ganancias por detrás de Alicante, Palma de Mallorca, Gerona y Tenerife Sur.