Afectados del tren de Málaga a Madrid por el robo de cable: "Menos mal que no lo cogí anoche y no pasé la noche en el AVE"

Noemí había venido a Málaga a pasar el puente de mayo con su hija y "desconectar". Lejos de eso, su lunes es "más lunes que nunca". Esta doctora zaragozana no va a llegar a su trabajo este lunes, "ya estoy avisando a los pacientes", su AVE salía a las 10:30, pero una hora antes ya sabe que no va a salir. Y que no va a llegar al enlace con el siguiente, 20 minutos más tarde. Sentada sobre su maleta y junto al ramo de flores que le regaló su hija por el día de la madre, su teléfono es un constante entrar y salir de llamadas y mensajes. Un caos controlado, como la estación de Málaga María Zambrano a primera hora de la mañana, con cientos de pasajeros mirando, como ella, las pantallas para ver a qué hora sale su tren. Comenzaron a circular tanto con destino como con origen Madrid pasadas las 9:30 de la mañana. Son muchos los afectados por el robo de cable en la línea a la altura de Toledo la tarde del domingo que inutilizó los sistemas de seguridad.

Francisco Aranda espera fuera de la estación a tener noticias de su hijo Pablo, que tenía el tren con parada en Madrid y destino final en Murcia que salía pasadas las 8:30: "Menos mal que no cogió el de ayer, hubiera pasado la noche en el tren, sin agua y sin comida". Aranda, se consuela, al menos, en que "va a clase, y si pierde las primeras horas, es lo de menos", pero no deja de pensar en la suerte que fue decidirse por uno de los primeros trenes de la mañana, en vez de salir el domingo por la noche. "Es increíble que por un robo de cobre esté toda la infraestructura parada", dice Aranda, pero también le sorprende "que no haya ningún caos, el civismo que hay en la estación".

Lo cierto es que si los primeros trenes salieron a partir de las 9:30 de la mañana, muchos afectados esperaban con resignación estoica donde podían. Algunos de pie, otros, como Noemí, sobre sus maletas, otros, directamente apostados en el suelo. Muchos de ellos, no se habían enterado, siquiera, de la afección hasta que no han llegado a la estación, "me ha avisado mi jefa, he llegado y me he encontrado esto". Otros, nerviosos, intentan adivinar si su tren llegará a tiempo para la reunión de trabajo de esta tarde.

Marina, Marta y Cecilia tenían que salir por trabajo a Madrid para coger un enlace con Alicante. Como es un viaje de empresa, no dejan de llamar a su jefe para intentar, sobre la marcha, encontrar una forma de llegar a su destino y adelantarse al resto de pasajeros que puedan estar en la misma situación que ellas. El temor es quedarse sin billete a la ciudad levantina. Eso sí, información, "poca", "pero para qué nos vamos a irritar", cuentan.

"Por esto no me preocupo, ya se solucionará", dice Cecilia, que entiende que "poco a poco irán saliendo, alguna solución nos darán". En María Zambrano las colas para reclamar en Renfe e Iryo son largas y los empleados hacen lo que pueden por contentar a los pasajeros, aunque con poca posibilidad de hacer milagros y confiando en que la normalidad se vaya alcanzando segun pase la mañana.

Lunes, a primera hora, comienzo de mes y tras un puente. El cóctel era perfecto para que los trenes fuesen casi "a tope", en el último coletazo de la operación regreso.