"Si se agiliza el visado a los chinos, en meses se acaba el stock de viviendas"

Antonio Maldonado. Ex alcalde de Mijas y director del Hipódromo Costa del Sol

El director del hipódromo destaca las grandes carencias del saneamiento y el tren de la Costa del Sol y asegura que sus campos de golf pueden cautivar a los asiáticos, "que son el presente, no el futuro"

Nuria Alonso

28 de octubre 2012 - 12:44

Antonio Maldonado, el primer alcalde democrático de Mijas -lo fue durante 18 años consecutivos-, no deja de reinventarse. Fue presidente de la Diputación, de la Mancomunidad y senador por el PSOE, partido del que salió sin embargo por la puerta de atrás. Tras una etapa en China como empresario, volvió a Mijas. Fundó un partido independiente y se enfrentó duramente a su sucesor, Agustín Moreno. Ahora, fuera de la política, el regidor del PP Ángel Nozal le ha encargado que resucite su gran proyecto, el Hipódromo Costa del Sol.

-Hace un año volvió a la vida pública de Mijas como director de promoción del Hipódromo Costa del Sol, ¿por qué?

-A la vida pública no. Volví a intentar recuperar una asignatura que había pendiente, una espina clavada que es este hipódromo, en el que pusimos mucha ilusión. El hipódromo estaba absolutamente abandonado. Estaba con las mismas lámparas fundidas que hace diez años. Había una dejación voluntaria por parte del Ayuntamiento. Por ejemplo, había un hotel, en la entrada, donde en más de un lustro no se había abierto ni una ventana para ventilar, por lo que la solería estaba levantada. El personal mantenía mínimamente lo que se podía.

-¿Y cómo está económicamente?

-Tenía una deuda de 1,3 millones de euros que ya se ha pagado. Ahora tiene las actuales, porque estamos en una situación precaria, pero no el hipódromo sino España en general. Debemos los premios de las últimas carreras. Este hipódromo y la mayoría tienen un drama importante en lo que se refiere a cómo se están financiando las carreras de Loterías y Apuestas del Estado. Gestiona las quinielas hípicas y derechos televisivos, pero esa distribución se realiza a través del Hipódromo de La Zarzuela; se reserva para él las mejores y las sobrantes se dan al resto. El alcalde (Ángel Nozal) ha solicitado una reunión con el presidente de Loterías para intentar regularizar la situación. Si se consigue que nos pague por carrera exactamente igual que lo que paga a La Zarzuela conseguiremos equilibrar ingresos y gastos.

-¿Cree ahora que esta instalación fue un error?

-No lo fue. Lo que sí fue un error es que una vez que se estaba construyendo en base a un borrador de la normativa de la Junta, la normativa se cambiara posteriormente como hizo Manuel Chaves y construir otro hipódromo en Sevilla para hacer exclusivamente carreras en diciembre y enero, como está haciendo ahora mismo. Nos quitaron la categoría A y se la dieron al otro. Apostamos por un hipódromo porque la mayoría del turismo de la Costa del Sol y los residentes son anglosajones. La Costa del Sol necesita lugares de emancipación y ocio en invierno. Lo que no puede ser es que la única alternativa que haya en invierno, si queremos atraer residentes que compren viviendas y potenciar los servicios, sea la cerveza o el gin-tonic. Las carreras de caballos en invierno son el principal atractivo que tienen los ingleses y las de galgos para los irlandeses. Queríamos tener otro aliciente para atraer turismo residencial y pensamos que era lo que hacía falta en la costa.

-¿Hay algún avance para que se puedan hacer apuestas por Internet desde otros países?

-El primer paso legal ya se dio hace unos meses con la Ley de Presupuestos del Estado. Ahora hay que dar el paso siguiente, que es la unificación fiscal. En España tenemos un maravilloso sistema autonómico que hace que cada comunidad tenga una fiscalidad distinta sobre el juego. Nos encontramos el primer hándicap, que es que según donde apuestes, el impuesto es distinto. Por lo tanto, no se pueden unificar los premios según la pantalla. También es necesario que las empresas de apuestas incluyan nuestras carreras y para ello hay que cambiar el sistema telemático. Sin duda ayudará a sanear las cuentas.

-Usted fue alcalde 18 años y un día decidió dejarlo todo para irse a China. ¿Qué le llamó de ese país?

-No fue lo que me atrajo, fue lo que me aburrió de la política. Estaba absolutamente quemado. El cambio de la dictadura a la democracia estuvo lleno de ilusiones, de tensión y problemas. De hecho, te jugabas a veces físicamente el puesto. No tenía nada que ver la política de ahora. La ilusión se va poco a poco perdiendo y llegó un momento en que yo no encontraba sentido a lo que estaba haciendo. Me fui a China por casualidad, porque decidí cambiar de vida. Dejé el Senado y la Alcaldía. La verdad es que en China el cambio fue radical.

-¿En qué se diferencia la cultura china de la española?

-Sobre todo en la jerarquía de valores. Hay cosas que aquí son esenciales y allí superfluas. Conceptos como el respeto, la historia, cultura y tradición aquí parece que no tienen en absoluto importancia, salvo la tradición religiosa, y allí son muy significativas. El concepto de familia es también diferente al tener un solo hijo. Hay un respeto enorme por el mayor. Allí a una chica, aunque sea muy moderna, jamás se le ocurriría casarse sin el permiso de su padre o su abuelo. En China un chaval de 25 años se levanta en el metro para ceder su sitio a un niño y aquí lo hacemos al contrario. Ellos tienen que aprender de nosotros a vivir un poco mejor y a relajarse. Nosotros su sentido de la responsabilidad en ámbitos como el estudio, el trabajo o la familia.

-¿Qué necesita la Costa del Sol para atraer turistas chinos?

-Cambiar la absurda política de visados que tiene España. La política de visados Schengen es muy estricta con China, pero en España somos más papistas que el Papa y si normalmente se piden 28 papeles, nosotros pedimos 29. Por ejemplo, exigimos el recibo de la tarjeta de embarque del avión. El turista chino tiene que ir a su vuelta al consulado a entregarlo personalmente. Si agilizáramos el tema de los visados de chinos nos quitaríamos el problema de inmuebles de la Costa del Sol en meses. A los chinos de clase media lo que les gusta es jugar al golf y eso lo tenemos. Yo veo que históricamente Europa es el pasado y Asia no es que sea el futuro, es que es el presente.

-Si le hablo de Eurovegas, ¿qué le sugiere?

-Que se hagan casinos me parece bien, que cada uno haga lo que quiera sin molestar al vecino de al lado. La libertad está para ejercitarla. Pero considero pueril el tratamiento casi mesiánico que se le ha dado a Sheldon Adelson. Lo que tampoco me parece adecuado, dentro del planteamiento de Madrid y Cataluña, es el servilismo de la administración, me parece excesivo. Pero sólo puedo hacer comentarios genéricos porque no conozco la letra pequeña del proyecto.

-¿Qué necesita la Costa del Sol?

-Muchísimas cosas. Terminar el saneamiento integral que comencé yo en el año 79 como presidente de la Mancomunidad y aún está ahí. En la Costa del Sol siempre ha faltado el famoso plan supralocal de destino turístico. Se ha hablado mucho y se han puesto muchos adjetivos, pero nunca ha llegado ese macroplan, que se ha usado más como un arma que como un medio de desarrollo. Siempre hemos carecido, lamentablemente, de esa planificación conjunta y quizás en tiempos de crisis es el momento de reflexionar y plantear ideas.

-Por no hablar de la ansiada prolongación del Cercanías.

-Ahora se va a jubilar el becario que estaba haciendo el estudio cuando yo era presidente de la Mancomunidad. Sé que me jubilaré sin verlo también. Es muy conveniente que se prolongue.

-Fue un símbolo del PSOE y ahora vuelve de la mano de un alcalde del PP. ¿Se lo pensó mucho?

-Me dijo que quería que intentase levantar lo que hice. Le dije que creía que se iba a meter en muchos problemas, incluso con su gente, pero le echó valor. Pensé en decir que no, pero vine a ver a mis hijas en Navidad y mi error fue pasarme por el hipódromo y ver que estaban las mismas farolas. Lamentablemente estoy viendo que tiene difícil solución. La solución externa pasa por Loterías y Apuestas del Estado, mientras que a nivel interno hay que hacer una reducción drástica de gastos corrientes y de personal.

-¿Se plantearía volver a ser candidato a alcalde?

-Nunca. Son etapas en la vida que ya se han cumplido. Ahora las circunstancias son distintas, porque los partidos son semilleros de funcionarios en líneas generales, están absolutamente profesionalizados. Salvo en honrosas excepciones, que las hay, las personas acuden a los partidos como abejas a un panal. Lo entiendo, porque intentan buscar un puesto de trabajo en estos tiempos tan malos.

-¿Ha cambiado tanto la política?

-Sí, por supuesto. Ya en la época de Zapatero el nivel político que había en España era mediocre. Sólo hay que hacer zapping por las televisiones locales y ver los plenos de los pueblos, te entran casi ganas de llorar. Insisto en que hay excepciones.

-¿Qué opina de los recortes?

-Me da mucha pena porque veo que quizás las cosas se podrían hacer de otro modo. Sin embargo, también es muy cómodo opinar desde la calle. Yo entré en política para hacer y cambiar las cosas, no para cobrar un sueldo y tocarme las narices.

-Médicos, profesores y policías salen a la calle para protestar, ¿de quién es la culpa?

-Claro que hay culpa, porque creo que hay muchas cosas que no deberían ser. Aunque éste es un debate que no tiene mucho sentido. En España hay dos varas de medir la función pública, según seas funcionario o no. El propio hecho de que la gente tenga derecho a un puesto de trabajo de por vida me parece injusto. Constitucionalmente debemos ser iguales. Yo no estoy en contra de los funcionarios. El Estatuto de los Trabajadores debe ser para todos, independientemente de que sea una empresa privada o pública.

-En su día el Ayuntamiento de Mijas fue un referente en prestación de servicios, pero ahora la situación ha dado un giro por la crisis, ¿se gastó demasiado en su época?

-Es que no había nada. Cuando yo empecé en el año 1979 no había ni Seguridad Social. Existía un certificado que daba el Ayuntamiento de Mijas en el que se declaraba a la gente "pobre de solemnidad" y que permitía que las personas pudiesen ser atendidas en el Hospital Civil. Curiosamente era el que se daba a los ricos del pueblo para operarse gratis, así funcionaban los pueblos en Andalucía. Entonces se veían los cambios día a día y te sentías útil.

-¿A esta situación económica se ha llegado también por el despilfarro de las administraciones?

-Ha habido muchos abusos y una falta de reacción del sistema en general. La situación de la banca es impresentable; la política de los gobiernos con las cajas de ahorro también. Estamos pagando las consecuencias. Pero quizás sea un fenómeno normal lo que está ocurriendo. El sistema político y la Constitución del año 78 entiendo que fueron lo mejor que se pudo hacer entonces. Pero las circunstancias ahora están propiciando otro cambio tan importante como el de entonces. Hemos degenerado en un partitocracia absolutamente negativa porque la mayoría de los ciudadanos no se ven representados en los partidos. También considero que hay que quitar las subvenciones a partidos políticos y sindicatos.

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