Las patologías de siempre, el coronavirus, las PCR, los rastreos de contactos, el uso del EPI, la vacunación anticovid, los intubados en las UCI, las colas ante los centros de salud... y las agresiones. Esa ha sido la realidad que afrontaron los profesionales de los centros sanitarios de la provincia en 2021, quienes en el segundo año de la pandemia sufrieron casi 200 ataques, entre físicos y verbales.

El ejercicio pasado se contabilizaron 187 agresiones; 50 físicas y 137 verbales. Con estos datos, Málaga es la provincia andaluza con más ataques físicos de Andalucía. Repite en ese ranking ya que en 2020 y 2018 también fue la primera a nivel autonómico en este tipo de agresiones.

Tasa de agresiones en centros sanitarios de Andalucía.

En 2020 se registraron en la provincia 186 ataques totales; 54 físicos y 132 verbales. En 2019 fueron 323; 69 y 254, respectivamente. En 2018, hubo 309; 81 físicas y 228 verbales. En 2019, con 69, Málaga fue la segunda provincia andaluza, después de Sevilla, que notificó 84.

Una de cada cuatro agresiones –el 27%– que se registraron en centros sanitarios de Málaga el año pasado fue física. Es cierto que a nivel provincial estas últimas han bajado –81 en 2018, 69 en 2019, 54 en 2020 y 50 en 2021–, pero los sindicatos lo achacan al hecho de que la atención telefónica redujo de forma muy significativa el acceso presencial de usuarios a los centros sanitarios.

Los ataques físicos representan el 27% del total de agresiones y las verbales, el 83%

Las agresiones de 2021 en la provincia –187 totales; 50 físicas y 137 verbales– son casi calcadas a las de 2020 –entonces hubo 186, 54 y 132 respectivamente–. En comparación con años anteriores se registró una disminución también en las totales (ver tabla), ya que en 2019 se contabilizaron 323 y en 2018 se registraron 309.

“Pero no porque funcionara el Plan de Prevención de Agresiones, sino porque había menos atención presencial”, asegura el responsable de Salud Laboral de UGT en Málaga, Vicente Sandoval. El representante sindical vaticina que a medida que se recupere la normalidad, se producirá un aumento de agresiones.

“Porque las medidas no son suficiente. No dan respuesta el riesgo al que están expuestos los profesionales. Las cifras se han rebajado porque entre el confinamiento [en 2020] y la atención telemática [ese año y también en 2021] el acceso a los centros fue menor”, insiste. Además, insiste en que “se volverá a la progresión ascendente de antes de la pandemia” a medida que se normalice la situación. En Andalucía, las agresiones totales fueron 1.235 en 2018, 1.507 en 2019, 1.042 en 2020 y 1.208 en 2021.

Según los datos facilitados por la Consejería de Salud y Familias a los sindicatos, prácticamente tres de cada cuatro agresiones en el ámbito sanitario se cometen contra trabajadoras (el 71,52%). El resto (28,48%), contra profesionales varones. Los agresores son mayoritariamente hombres. Por lo general, son pacientes que acuden en demanda de asistencia (65,31%), aunque en un tercio de los casos (35,69%) son los acompañantes del enfermo.

El 59,10% de los ataques –tanto físicos como verbales– se cometen contra el personal de Atención Primaria, mientras que el 40,90% de los agredidos pertenecen a hospitales. Y la peor parte se la llevan los sanitarios, que en cuatro de cada cinco ocasiones (77,98%) son el blanco de las agresiones. El personal de gestión y servicio lo es en el 22,02% de las veces.

La cuarta parte de los agresores (25,99%) tienen algún trastorno psicológico, un deterioro cognitivo o están bajo los efectos de las drogas. Pero la mayoría (74,01%) son personas plenamente conscientes de sus actos.