Málaga vuelve a ser la provincia con más agresiones físicas y verbales en la sanidad pública. No sólo eso. Además, registra un importante incremento si se comparan las cifras de los últimos años. Exactamente aumentan un 28%. Y aún peor: es la provincia de la comunidad autónoma en la que más ataques físicos se producen.

Los datos fueron dados a conocer este miércoles por CSIF, justamente cuando el 14 de marzo se conmemora el Día contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario. La responsable del sector Sanidad del sindicato en Málaga, Dolores Oliva, reclamó a las administraciones “tolerancia cero” con estas faltas y delitos y que “de una vez por todas se tomen cartas en el asunto ante esta problemática creciente”.

Las agresiones totales en Málaga en 2018 fueron 309, frente a las 221 de 2017. La cifra registrada el año pasado está muy por encima de la de Sevilla, la provincia que con 282 ataques físicos y verbales ocupa el segundo puesto de la comunidad autónoma. Los 309 trabajadores de la sanidad malagueña atacados representan el 25% del total de los afectados en la región, que el año pasado ascendieron a 1.234.

De los 309 casos totales de los que haya constancia en Málaga, en 233 –el 75%– las víctimas fueron mujeres. En el resto –76–, los atacados fueron hombres. Los datos facilitados por CSIF indican además que el año pasado en los centros de la sanidad pública malagueña se registraron 228 agresiones verbales y 81 físicas.

La última cifra supone que nuestra provincia no sólo encabeza el ranking, sino que además acapara los casos más graves ya que es la que más ataques físicos suma. Sevilla, con 52, es la segunda con más agresiones de este tipo.

De 187 casos en 2016 se ha pasado a 309 en 2018; 122 más en apenas tres años

Los datos sólo son los que se registran. Porque si no se denuncian, no existen. Por lo tanto, los profesionales siempre insisten en que hay muchos más. Para Oliva, podría hacerse la lectura positiva de que “se denuncia más”. Sin embargo, pone de manifiesto que los 309 casos registrados en 2018 afloran una situación “insoportable ante la que hay que rebelarse”. “¿Qué sociedad es esta en la que se agrede, insulta y humilla a los profesionales que deben prestar asistencia a sus ciudadanos?”, reflexionaba la responsable de CSIF Sanidad Málaga.

El sindicato reclama más tiempo para las consultas –ya que la sobrecarga y la tardanza en la atención actúan como detonantes de los ataques–, acompañamiento al profesional agredido durante la denuncia y el proceso judicial, medidas ante la reincidencia del agresor, apoyo psicológico a los atacados y más formación para que los trabajadores desarrollen habilidades para prevenir esas situaciones.

Según recordó el sindicato, de 187 casos en 2016 en la provincia se ha pasado a 309 en 2018; 122 más en apenas tres años.