El alcalde pide al Metro el arreglo de las calles afectadas por la obra

Raúl López insiste en que la EMT no suprimirá ninguna línea por el ferrocarril urbano

Imagen de los trabajos de reposición en superficie realizados en la Avenida Juan XXIII.
Imagen de los trabajos de reposición en superficie realizados en la Avenida Juan XXIII.
S. Sánchez Málaga

19 de noviembre 2013 - 01:00

Superado el trance generado por la incertidumbre económica del Metro, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quiere que las empresas encargadas de su construcción vayan cerrando las cicatrices abiertas en la superficie durante meses e incluso años como consecuencia de los tajos de obra. La demanda, que tradicionalmente ha sido empleada por el equipo de gobierno del PP a modo de crítica contra la Junta de Andalucía, fue puesta ayer sobre la mesa por el regidor sin excesivo ardor, que, sin embargo, insistió en la necesidad de que se vayan terminando los tajos.

"Hay muchas zonas de la ciudad que siguen muy afectadas visualmente y estéticamente", dijo el alcalde, que puso como ejemplo de ello la zona de Barriguillas. "La financiación retomada por parte de la concesionaria en relación con los créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) debe dar pie también a que se atiendan estas necesidades, que son lógicas", opinó el regidor, quien confió en que esta cuestión forme parte de los contenidos a tratar en la reunión de este jueves.

Más de esta consideración, De la Torre parece tomarse con mucha tranquilidad el proceso de negociación que debe dar como resultado la firma de una addenda al convenio de colaboración original del Metro, que data de 2003. Tal y como acordaron el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía hace ahora una semana, el compromiso es que el citado anexo esté cerrado antes de que los trenes entren en servicio en el recorrido parcial de los ramales de Carretera de Cádiz y Teatinos, con el intercambiador de Renfe como punto de unión.

"No hay ninguna presión en el tiempo", señaló De la Torre. A su juicio, el escenario actual difiere del vivido semanas atrás, cuando desde la Consejería de Fomento y la concesionaria responsable de la explotación del ferrocarril urbana se instaba al Ayuntamiento a desbloquear el camino para prolongar el Metro soterrado hasta la mitad de la Alameda Principal y, en superficie, hasta el entorno del Hospital Civil.

"Igual que antes teníamos una presión porque si no se llegaba a un acuerdo entraba el Metro en crisis y había hasta el riesgo de que no funcionara durante muchos años, no existe ese panorama y tenemos la serenidad necesaria para verlo con seguridad, que es lo importante", destacó. A pesar de ello, incidió en la necesidad de que en el nuevo escenario se tenga en cuenta "el enorme servicio que el Ayuntamiento ha hecho para que el Metro pueda ser viable en los próximos meses".

Una alusión directa a su aval final a que el Metro discurra en superficie hacia el norte de la ciudad, a pesar del rechazo vecinal a esta solución. Lo que reclama el Consistorio, al margen de no tener que pagar por la infraestructura, vía ya admitida por la Junta, es una rebaja sustancial en los costes que debería asumir de la explotación del Metro.

De otro lado, el concejal de Movilidad, Raúl López, rechazó que la puesta en servicio del ferrocarril urbano suponga la eliminación de alguna línea de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT). "No tengo intención de suprimir ninguna línea", sentenció, al tiempo que subrayó la necesidad de "robar" viajeros al tráfico privado y no al transporte público. "No estamos para decir 'quítate tú para ponerme yo'", dijo en alusión a la posibilidad de que el suburbano arrebate parte de su demanda a los autobuses urbanos. Además, insistió en la necesidad de que los dos medios públicos coordinen su función.

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