El alcalde exige a Porras una gestión "menos personalista, más de equipo"
También reprende a Damián Caneda por sus declaraciones contra el diseño de los chiringuitos
El listado de concejales intocables en el equipo de Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, se reduce. Por vez primera en los trece años de gestión al frente de la Casona del Parque, el regidor cuestiona la labor de Teresa Porras, responsable del área de Playas, tras la polémica surgida en torno a los nuevos chiringuitos que se ejecutan en La Caleta y La Malagueta. De la Torre, que valoró como eficaz la labor de Porras al frente de Playas, le reclamó, no obstante, una acción "menos personalista, más de equipo".
Una apreciación que realizó tras descartar asumir la petición de dimisión que la semana pasada hizo la portavoz municipal del PSOE, María Gámez, para la también edil del distrito Cruz de Humilladero. Lo sorprendente de las palabras del regidor estriba en el tono que emplea para cuestionar a Porras en este asunto, más aún después de que no se le oyese ningún reproche tras desvelarse supuestas irregularidades en la adjudicación de contratos en su distrito o en otras polémicas en las que se vio implicada esta concejala.
Un reproche del que también hizo partícipe al concejal de Turismo y Cultura, Damián Caneda, quien la pasada semana manifestó públicamente su disconformidad con el diseño de los establecimientos avalados por la concejala de Playas. "Son demasiado altos, anchos y opacos", dijo en una primera ocasión el edil, quien añadió al día siguiente: "No son chiringuitos, son otra cosa". Una palabras que provocaron la respuesta de Porras, que le recordó a Caneda que las competencias en materia de playas eran suyas.
Este rifirrafe dialéctico no ha gustado nada a De la Torre, que ayer tiró de las orejas a ambos. "Las opiniones que se vierten en el ámbito municipal hemos de hacerlas más internamente que externamente; dentro del equipo de gobierno debe existir la máxima cohesión, la máxima unión y trabajar en un sentido de equipo", afirmó. Y para que no hubiese erróneas interpretaciones, aclaró que se pronunciaba en estos términos sobre las manifestaciones de Caneda y Porras.
Directamente a Caneda le espetó lo idóneo de exponer sus opiniones, "sobre todo si son divergentes", en el seno del equipo de gobierno. Más aún, dijo, "si tienes oportunidad de plantearlo y que estos planos (en alusión a los de los chiringuitos), o muy parecidos, fueron vistos y conocidos sobre otros en 2012, con lo que era el momento de plantear cualquier duda o sugerencia", apostilló.
En el asunto en cuestión de los chiringuitos cuestionados, el alcalde insistió en defender lo mejorable que son los proyectos ya en ejecución, si bien subrayó la responsabilidad de la Dirección General de Costas y de la Junta de Andalucía en esta materia. "Es evidente que en las playas, que es un espacio de dominio público, tenemos que establecer un protocolo de cómo actuar para que no haya estas sorpresas; si ha habido información pública, que se ponga exactamente cómo va a quedar", explicó. Palabras que pueden dar a entender la ausencia de información detallada en el origen de la actuación que hubiese permitido abrir un periodo de "reflexión" anterior.
Sobre las obras, defendió que se terminen tal y como está diseñada y que puedan mejorarse en lo posible. Sí aclaró que la terraza de los establecimientos no podrán tener uso y criticó que los aseos estén anexos a la principal edificación, algo que, según recordó, se hizo por petición de la Junta de Andalucía.
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