El alivio de recuperar el DNI
Una oficina de la Policía Nacional devuelve cada día decenas de documentos sustraídos o extraviados
Quien haya sufrido en sus carnes la sustracción o la pérdida de la cartera con toda la documentación sabe el profundo alivio que se siente al recuperarla. Una oficina de la Policía Nacional hace una labor poco conocida, pero que seguramente agradece más de un ciudadano: devuelve los documentos a sus propietarios. Un armario lleno de cajones en los que se acumulan decenas de billeteras con DNI, carnés de conducir y pasaportes son la prueba de que los afectados por pérdidas y sustracciones no son pocos. Y eso que allí solo se guarda la documentación de vecinos de la capital a la espera de que pasen a recogerla. Para eso, funcionarios de la Comisaría Provincial les envían una carta al domicilio informándoles de que sus documentos han sido recuperados y que pueden retirarlos.
Cuando se trata de un vecino del interior de la provincia, la documentación se remite a la comisaría de la localidad correspondiente o al ayuntamiento si el municipio no dispone de sede policial. "Esto tiene un majao", dice con franqueza Rafael Vera, que se encarga de esa labor. Y tiene sus razones. La documentación recuperada muchas veces es de vecinos de otras provincias e incluso del extranjero. Rafael muestra la decena de sobres que tiene esa mañana para enviar a comisarías de la Policía Nacional de media España a fin de que entreguen la documentación a sus propietarios. Los pasaportes de otros países, los remite a sus respectivos consulados. En el caso de los carné de conducir que son hallados solos -como ya no incluyen el domicilio- los envía a la Jefatura Provincial de Tráfico para que esta institución, con su banco de datos, localice al interesado.
Que la Policía notifique al afectado que puede pasar a recoger sus documentos siempre es una alegría. Cientos de personas anónimas se benefician de este servicio. Pero ayer, a última hora de la mañana, pasó por la Comisaría Provincial una cara conocida. La cantante Diana Navarro, que había extraviado su pasaporte y no se había dado ni cuenta. "Me llamaron para avisarme de que podía recogerlo. No sé si lo perdí en el aeropuerto o en el taxi. Me han hecho una reina, me ha venido fantástico recuperarlo. Agradezco la generosidad de la persona que lo haya traído", le decía a Rafael.
Poco después llegaba a la oficina Francisco Vera. Este policía nacional traía un manojo de documentos de la calle que habían sido entregados en distintas dependencias administrativas. Más trabajo para la oficina, más alegrías para sus propietarios.
Los documentos recibidos se asientan en un registro en el que se detalla si la cartera tiene dinero y cuánto. Las billeteras sustraídas sólo traen la documentación. Las extraviadas son las que conservan el efectivo que llevaba su propietario. De hecho algunas tienen 20 o 70 euros. Rafael aconseja que siempre se haga la denuncia. Tanto en los casos de hurto (al descuido), robo (con violencia) o pérdida. Al realizar este trámite, el usuario siempre deja un teléfono, por lo que resulta más fácil su localización en caso de que finalmente alguien encuentre su documentación.
Y es que recuperarla no siempre es fácil. Los agentes cuentan el caso de una mujer a la que le sustrajeron la cartera en la Feria de abril, en Sevilla. Su documentación fue hallada semanas después en un arcén en Las Pedrizas por operarios que hacían trabajos de limpieza. Se supone que los ladrones se quedaron con el dinero y tiraron el resto desde un coche.
Entre los efectos perdidos hay también llaves sueltas. De viviendas, de coches, de garajes. Como no se sabe a quién corresponden, se acumulan en dos cajas. Cada vez que llega una persona a retirar documentación recuperada, le preguntan si también ha perdido sus llaves. En caso afirmativo, tiene que revolver un poco y, a veces, se lleva la alegría de recuperarlas. Aunque la oficina se centra en la restitución de documentos, también guarda otros objetos. Algunos más difíciles de perder, como un audífono o una maleta.
En este último caso, cuando no hay ningún elemento para identificar a su dueño, el equipaje se conserva en Comisaría durante tres meses por si su propietario lo reclama. Pasado ese tiempo, que es el periodo legal estipulado, la Policía no tira la maleta a la basura. La envía a Cáritas para que los efectos personales puedan ser aprovechados por alguien que lo necesite. Ayer, según el registro que lleva Rafael, 19 personas se habían beneficiado de este servicio de objetos y documentación perdidos. Diecinueve usuarios que no tendrán que perder varias mañanas para volver a tener sus documentos.
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