El alma del Málaga Palacio se retira

Antonio Florido es historia viva del turismo en la capital y un libro abierto lleno de anécdotas. Conoce a todos los famosos que han pasado por Málaga e incluso ha entablado amistad con varios de ellos. De hecho, los cantantes del grupo Estopa decidieron grabar parte de un videoclip en la capital solo porque querían que Antonio saliera en él. "Son unos chicos fenomenales, muy sanos y muy sencillos", afirma, aunque reconoce que no ha llegado a ver el vídeo musical.

¿Quién es Antonio Florido? Es el empleado más antiguo del hotel AC Málaga Palacio. Lleva 46 años trabajando en este establecimiento y hasta fue uno de los obreros que lo levantaron. "En enero de 1965 el hotel estaba en obras. Paseaba con mi novia Juana por la calle y vi un cartel de trabajo. Pregunté y hasta hoy", recuerda. Antonio estuvo un año y medio descargando camiones o trasladando sacos de cemento -"venían directamente de la fábrica de La Araña y estaban ardiendo", señala-. El hotel fue creado por la empresaria Francisca Portillo y ésta, cuando finalizaron el edificio, dio la posibilidad a los obreros de quedarse a trabajar en el negocio. "De los 300 que estábamos solo cinco o seis decidimos quedarnos", dice Antonio, una elección que ha condicionado el resto de su vida pues, como se suele decir, ha echado más horas que un reloj.

Ha trabajado de todo. De botones, de ascensorista, de portero de discoteca en el hotel, en la lavandería... Pero lo que más le gusta ha sido y es tratar con las personas. Solo con ver entrar a un cliente ya sabe si "va a dar guerra o no". "Se les ve en la cara y, desde luego, como entren con mal pie por cualquier motivo ya le puede regalar el hotel todo lo que quiera que se va a ir mosqueado", relata este profesional que sabe más por viejo que por diablo. La clave del éxito, aunque suene tópica, es que "el cliente se encuentre aquí como en su casa".

Florido ha vivido todas las etapas del hotel: la creación con la familia Portillo, su depreciación en los años 80, el reflotamiento de manos de Miguel Sánchez y, en la última década, la gestión de la cadena AC con la que se muestra "encantado".

El cambio en el trato de los clientes ha sido radical. "Antes, con la dictadura, había un caciquismo total. La gente era muy maleducada, te pegaban voces, te amenazaban diciendo que conocían al director si no hacías lo que te pedían... Nos trataban como a pordioseros". Eso sí, la clientela pagaba un buen dinero ya que la habitación doble costaba 1.025 pesetas. "Yo cobraba entonces 2.800 pesetas al mes".

Afortunadamente ese trato vejatorio ya es historia. Florido destaca que hoy en día el cliente "es de clase media, más sencillo, te pide las cosas por favor...". También es distinta la jornada laboral. En plena dictadura Antonio subraya que estuvo un año entero trabajando por las noches sin descanso. "O eso o te echaban a la calle".

Había también experiencias curiosas. Durante esos años solo podía hacer uso de la habitación el que la había contratado y nadie más podía entrar de la calle y subir. El hotel estaba obligado a registrar a cada cliente en una lista y enviarlo a la Policía. "Cuando alguien intentaba colar a algún ligue en la habitación, yo tenía que subir, llamar a la puerta y decir que saliera. Me he encontrado mujeres escondidas en el armario. Era muy violento para mí, pero había que hacerlo".

Antonio Florido tiene anécdotas y recuerdos para llenar un libro. El mes que viene le llega la jubilación y, a partir de ahí, dedicará su tiempo a jugar con sus nietos y a "darle un paseo a la Juana [que de novia pasó a ser su mujer] porque durante muchos años no pude hacerlo". Se retira un mito de la hotelería en Málaga pero "quiero hacerlo por la puerta grande". Como todos los grandes toreros que ha tenido la oportunidad de conocer.