El alquimista que dio con la fórmula

La mano izquierda del magistrado ha permitido sacar adelante la mayor trama de corrupción urbanística

El alquimista que dio con la fórmula
Montserrat Martínez (Efe) Málaga

30 de septiembre 2013 - 01:00

El magistrado presidente del caso Malaya, José Godino, cual alquimista, supo crear la fórmula magistral para juzgar la mayor trama de corrupción conocida en España, como si su padre y abuelo, boticarios, le hubiesen transmitido cómo crear la formula secreta. Don José, como es conocido en la Audiencia, ha sabido elaborar su propio brebaje para sacar adelante el caso Malaya, encandilar a acusados, letrados y acusaciones y crear el clima necesario para el buen desarrollo del macrojuicio, del que se dará a conocer su fallo este viernes.

Muchos apostaban por que el juicio nunca se celebraría debido a su complejidad, pero tras la vista oral se han vuelto a superar todas las expectativas de juristas y expertos y este proceso judicial se ha seguido en toda España. El interés se ha debido no sólo a la relevancia social y económica de algunos de los acusados, sino también a la trascendencia mediática de otros, así como por la diversidad, naturaleza y entidad de los delitos que se les imputan.

Quién sabe si las fórmulas secretas del padre y abuelo de don José han sido las causantes y le dado las claves de las medicinas antiguas o, la sangre que le corre por las venas le ha ayudado a saber experimentar su propia fórmula judicial. Algunas de sus medicinas, como celebrar el juicio en bloque, sirvió para prevenir y aliviar que algunos de los acusados sufrieran más de lo necesario la pena de banquillo y, el brebaje también permitió que los letrados pudieran seguir atendiendo sus despachos.

Godino, que ingresó en la carrera judicial en 1982 y preside la sección Primera de la Audiencia Provincial desde 2007, tiene facilidad para hacer equipo con quienes le rodean, algo que en esta ocasión le ha servido mucho para aunar esfuerzos y sacar adelante un proceso que muchos consideraban imposible.

Su mano izquierda, con muchas dosis de paciencia, ha permitido sacar adelante la mayor trama de corrupción urbanística conocida en España, aunque en ocasiones ha tenido que esquivar grandes zancadillas e incluso un intento de determinados abogados de paralizar el procedimiento antes del comienzo del juicio.

Juez por vocación y natural de La Carolina, ha tenido la fórmula magistral secreta y nunca ha tratado de imponer nada, ha sido un buen mediador en los conflictos y muy correcto en las formas. Aunque cuando quiere algo, trabaja y pelea duro hasta conseguirlo y no ha permitido nunca que se cuestionara sin respeto la instrucción del caso, no permite extralimitaciones.

Desde que comenzó el caso su lucha interna ha sido celebrar un juicio justo para todos, y dictar una sentencia con todas las garantías y el último día garantizó un fallo "justo, sin necesidad de ningún otro calificativo". Ha intentado dejar a un lado el matiz mediático del juicio y desde el primer día que le comunicaron la noticia de que le había tocado por turno dirigir el juicio, no puso ninguna pega y comenzó a trabajar en el caso sin ninguna duda de poner sacarlo adelante.

Sus compañeros de magistratura destacan su profesionalidad y recuerdan que ya ha participado en otros juicios muy mediáticos, pues formó parte del tribunal que juzgó el secuestro de Melodie Nakachian, hija de la primera Kimera y el empresario Raymond Nakachian, raptada el 9 de noviembre de 1987 en Estepona.

Tiene muchas aficiones, aunque desde que comenzó con este procedimiento las tiene aparcadas. Le gusta pescar, navegar, tocar la guitarra, colecciona soldaditos de plomo y es un apasionado de la historia, sobre todo de las monedas antiguas.

Amante del vino, de la buena mesa y del flamenco, ha renunciado ya a varias vacaciones desde que comenzó el caso pero sueña con irse a Roma cuando acabe la sentencia. Hombre muy tradicional y rutinario en su trabajo, no le gustan mucho las nuevas tecnologías.

Como en la película El hombre tranquilo, Godino, desde la primera secuencia -cuando le anunciaron que le había tocado dirigir el juicio-, ha conseguido su propia obra, que afrontó con serenidad y de manera íntima, y para muchos ya ha conseguido varias nominaciones, sobre todo a la mejor dirección. Pero hay una realidad, su abuelo y su padre están seguro orgullosos de que Don José haya sabido experimentar y crear su propio brebaje para sacar adelante el caso Malaya.

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