Sin prisa, pero sin pausa ha arrancado la retirada de las placas de amianto del Hospital Civil. Las chapas no están en el edificio original, sino en partes añadidas a la estructura primigenia en reformas llevadas a cabo en torno a los años 70.

Los trabajos comenzaron hace un par de meses, según indicó el responsable provincial de Sanidad de CCOO, Rafael González. Dentro de una campaña de sensibilización contra este material, el sindicato mantuvo la primavera pasada una reunión con la gerencia del Hospital Regional para solicitar que se eliminara el amianto en dependencias de este complejo hospitalario, al igual que ha hecho la Junta de Andalucía en diferentes centros educativos.

“No somos originales, lo que planteamos es lo mismo que ya se estaba haciendo en los colegios”, apuntó el representante sindical. Además, insistió en que “no hay una situación de riesgo”, aunque explicó que hay que quitarlo. El amianto es uno de los componentes del fibrocemento. El mero contacto con este material no supone un peligro para la salud, pero sí cuando se manipula en derribos o cuando se producen roturas porque libera partículas que pueden pasar al aire e inhalarse.

El material es peligroso para la salud sólo cuando se manipula en derribos o cuando se producen roturas

Las placas están en los pasillos laterales del edificio. Como medida paliativa, ya hace tiempo se taparon. Pero ahora se ha iniciado la retirada. La campaña de CCOO para reivindicar su eliminación es autonómica. Pero según González, “el Civil es donde los trabajos están más avanzados”.

El representante sindical apuntó que su organización hará una campaña de seguimiento para garantizar que la eliminación de este material se vaya cumpliendo “y no quede en el olvido”.

Por su parte, el hospital explicó que ha acometido la retirada del amianto a través del área de Servicios Generales. Una iniciativa conocida por los agentes sociales en el ámbito del comité de Seguridad y Salud del centro. Según el Regional, este año se han llevado a cabo actuaciones por valor de 140.000 euros con el objeto de retirar y desmontar el fibrocemento.

Además, desde la dirección se recuerda que “las instalaciones de los centros que forman parte del complejo hospitalario cumplen con la normativa vigente, por lo que son completamente seguras tanto para los profesionales como para los pacientes”.