Las amistades peligrosas

En el caso de Manilva, la ética queda para septiembre, Marín Lara llamó “chorrada” la presunta vulneración de una ley y el PP no dio la baja a Serón

M. D.

23 de abril 2013 - 10:57

Estamos en Manilva ante un caso, el de su alcaldesa Antonia Muñoz, que demuestra que la ética es una asignatura que a los partidos políticos siempre le queda para septiembre. Éste es un caso de IU, pero lo mismo se podría decir del PP con Alhaurín el Grande y su primer edil, Juan Martín, condenado judicialmente en primera instancia y que continúa con la vara de mando, o el PSOE en Ronda, con el caso de Marín Lara, más conocido como Toti, que gobernó para el PSOE cuando se le había declarado tránsfuga.

En el caso de Manilva, resulta sorprendente que haya dirigentes de IU, algunos hasta de lo más involucrados en el apoyo a la lucha del 15M, que miran hacia otro lado cuando, dando lecciones de ética y de acabar con la corrupción, se les plantea el asunto de las supuestas contrataciones irregulares de familiares y simpatizantes de la formación. La respuesta es que hay que aguardar a la justicia. Más o menos, con las distancias debidas pero con el mismo discurso, como el PP dice con Bárcenas.

La pasada semana fue noticia el encierro de dirigentes de la sección de UGT del Ayuntamiento de Manilva, ante la aplicación por la regidora de la Reforma Laboral del PP que tanto denosta a su inflada plantilla sin querer ni tan siquiera dialogar con los sindicatos que dice que son de su misma clase social. Estuvieron los sindicalistas toda la noche en el interior de la Corporación y Antonia Muñoz no les facilitó precisamente que la Policía Local permitiera la entrada de comida e incluso medicamentos para un encerrado con problema de tiroides. Tuvo que intervenir la UGT de Málaga para con la dirección provincial de IU poder aligerar las condiciones de los encerrados.

También ha sido noticia el ex alcalde de Ronda. Ha comparecido en sede judicial en una pieza separada del caso Acinipo que se sigue contra él por varios graves delitos. En sus declaraciones parece que sigue sin aprender. Llama “una chorrada” la presunta vulneración a la Ley de Contratos. Le echa las culpas, ya ha ocurrido en otra personificación judicial, al personal del Ayuntamiento que presidió; y consideró “normal” que fueran los promotores de la macrourbanización Los Merinos, declarada ilegal y al que diera su aprobación, quienes tan “generosamente” pintaran barriadas enteras de la ciudad del Tajo. Hay que recordar que Miguel Ángel Heredia le dio su ingreso en el PSOE cuando Marín Lara estaba denunciado por la Junta de Andalucía por el urbanismo que practicaba. Lo mantuvo a pesar de que fuera el propio presidente del PSOE, en su calidad de ministro, Manuel Chaves, el que lo declaró tránsfuga. Y llevó a toda una ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, para presentarlo a la Alcaldía y además acompañado del subdelegado del Gobierno de ZP cuando era vox populi que la Policía le seguía los talones, hecho que se consumó cuatro meses después de las lecciones locales.Y Heredia, sin problemas.

Y, por último, el caso de Alhaurin el Grande. Las huestes de Bendodo fueron incompetentes dar de baja a Juan Martín Serón de su militancia en el PP tras su sentencia condenatoria. Y hace unos días, tras hacer caso omiso a lo que le solicitó la dirección del partido, presentó la dimisión de la presidencia local del PP pero no como alcalde. Y el PP, indignado, ni siquiera se atrevió a solicitárse.

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