Un ángel cargado de deseos

La magia envolvió ayer a Málaga. Pequeños y mayores esperaban con una sonrisa la Cabalgata de los Reyes Magos que este año, por primera vez, ha contado con un equipo artístico ajeno al Ayuntamiento para su elaboración. El Ángel del Mar fue una de las estrellas del desfile en el que hubo un pequeño susto, ya que una de las carrozas que participaba sufrió un pequeño percance, aunque no llegó a mayores. El cielo y el mar fueron los motivos elegidos para el desfile, que gustó mucho a los adultos aunque quizás se echó en falta algún elemento más infantil para los pequeños.

Tras descansar en la Alcazaba los Reyes Magos de Oriente se acercaron sobre las 16:30 a la Casona del Parque, donde como marca la tradición, fueron recibidos por la corporación municipal. Una vez allí, Natalia Luque, una niña de 10 años, leyó sus peticiones a Melchor, Gaspar y Baltasar. Mientras tanto, miles de malagueños esperaban en los aledaños de la Plaza de la Marina y en la calle Marqués de Larios. Pese a que este año se había programado para las 17:00, el desfile comenzó cuarenta minutos más tarde. Los nervios flotaban en el ambiente. Se veían bolsas, mochilas y paraguas. Cualquier recipiente era válido para capturar algunos de los 13.900 kilos de caramelos que se repartieron.

"Ya vienen, ya viene", gritaba Ana, una niña de 4 años que esperaba junto a sus padres y su hermano Óscar, de 6 años, a que los Reyes Magos les saludarán y les tirase caramelos. "He sido muy bueno este año, así que les he pedido una bicicleta", afirmaba el menor.

El autobús de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT) representando la estrella que guía Sus Majestades daba el pistoletazo de salida a la Cabalgata, que este año se centraba en el cielo y el mar. Con la primera carroza, también llegó la primera sorpresa. Una bailarina vestida de blanco comenzó a danzar en el cielo suspendida en 300 globos azules de helio. Poco a poco fue recibiendo a cada una de las carrozas que compusieron el desfile, en concreto, 15 carrozas, tres bandas de tambores y cornetas y cinco pasacalles, entre ellos, la Comitiva Real, compuesta por una veintena de Sbandieratoris.

Se sucedieron los elementos celestiales y marinos. Medusas, ballenas, pájaros, caballos de mar, estrellas, los planetas, el sol, peces de colores y duendes marinos, entre muchos otros, llenaron de color las carrozas. Los Sbandieratoris con sus trompetas, tambores y lanzamientos de banderas arrancaron más de un aplauso de los asistentes.

El pequeño susto llegó en la calle Carreterías. La carroza de Hogar Abierto, un galeón con niños, sufrió una pequeña rotura que no le impidió continuar en el desfile. Tras recorrer el Pasillo de Santa Isabel, la Plaza de Arriola, la calle Torregorda, la Alameda Principal y la Plaza de la Marina, los tres Reyes Magos descendieron de sus carrozas para hacer la tradicional ofrenda en las escalinatas de la Catedral. De nuevo, el Ángel del Mar salía a escena. Abrió camino a Melchor, Gaspar y Baltasar, mientras una escolanía compuesta por una treintena de niños interpretaba villancicos. Durante unos cinco minutos, la bailaría hizo disfrutar a los allí presentes de una coreografía aérea.

Pero aún quedaban más sorpresas. Tras retirarse los Reyes Magos, los Sbandiratoris y la escolanía, la música y la luz invadieron la Catedral. Durante diez minutos y medio el espectáculo Luces para la Epifanía cautivó al público. Quedaba algo más. A pocos minutos de terminar el espectáculo, el Ángel del Mar se deshizo de sus globos de helio, soltándolos como símbolo de los deseos de los malagueños.

A las 21:00 terminó el espectáculo, pero no los sueños. Muchos niños se despertarán hoy con una sonrisa tras descubrir que regalos les han dejado los Reyes Magos de Oriente junto al árbol de Navidad o el Nacimiento.