Málaga

Los ángeles de Dina

  • Una niña marroquí se operará en Málaga gracias a la colaboración de una ONG, el Materno, una familia de acogida y Aviación sin Fronteras

  • Más de 80 niños se han beneficiado ya del programa

Teresa Guerrero, José Antonio Sevilla y Guadalupe Guerrero reciben a la pequeña marroquí.

Teresa Guerrero, José Antonio Sevilla y Guadalupe Guerrero reciben a la pequeña marroquí. / Javier Albiñana (Málaga)

Dina tiene apenas 16 meses de vida, pero ya se enfrenta a su primer vuelo sin su familia desde Casablanca a Málaga. Llega con retraso, pero su padres de acogida la esperan desde hace horas para recibirla y darle todo su cariño. Dina padece una cardiopatía y es la sexta niña que Teresa Guerrero y José Antonio Sevilla acogen gracias al programa Viaje hacia a la vida que desarrolla la Fundación Tierra de Hombres. Emoción en el aeropuerto al recibirla. La pequeña queda en brazos de su segunda madre, la de acogida, que no es más que uno de los muchos implicados en una cadena de solidaridad que ha logrado salvar más de 80 vidas.

Médicos, familias y voluntarios actúan desde los mismos países de origen acompañando a los menores en todo momento hasta su destino. Su origen es de lo más variado. Togo, Benín, Mauritania, Senegal, Marruecos, Mali y Guinea Conakry, pero a todos les une la oportunidad que les brinda este programa, con el que podrán ser tratados de patologías que en sus países no podrían ser atendidas. El viaje de ida y separarse de sus familias es duro. Los niños llegan en condiciones de salud delicadas y cansados, pero contrasta con el viaje de vuelta. “El cambio es total. Cuando ven que por fin pueden correr, jugar, saltar, hace que incluso cambien de carácter y sean más extrovertidos y felices”, relata Teresa.

La ONG lleva actuando en Málaga desde 2002 y acaba de cumplir 25 años dando vida en el resto de España. En Málaga actúa gracias a la colaboración de los hospitales Parque de San Antonio y Materno, donde son intervenidos y sometidos a todas las pruebas y revisiones necesarias. El apoyo del Servicio Andaluz de Salud (SAS) –que corre con los gastos de la intervención, de los fármacos y da la autorización para que las intervenciones se lleven a cabo– es el otro sostén del programa. La clínica Avilés y Román también colabora con los posibles problemas dentales que puedan tener los niños. Por ejemplo, a una de las menores que se encuentran ahora en Málaga le están solucionando un problema de mordida invertida. Y todo ello no sería posible sin la ONG Aviación sin Fronteras, que se encarga de que los niños puedan llegar a los países donde serán atendidos poniendo así Alas a la esperanza, tal y como se llama su programa de traslado y acompañamiento a niños enfermos.

"El cambio es total cuando ven que pueden correr, jugar y saltar, son más felices”

Natalia Parra, una de las responsables de Viaje hacia la vida en Málaga, afirma que la adaptación es fácil al tratarse de niños pequeños. “En un principio vienen asustados, pero en días le notas otra cosa en la mirada, más vida”, dice Natalia, que explica cómo los niños se entregan desde el primer momento y se dejan tratar por los médicos sin problema. La adaptación o el no poder entenderse era uno de los miedos de la hermana de Teresa, Guadalupe Guerrero, que también acoge niños desde 2014, pero asegura que después no supone ningún obstáculo: “Al final es más importante el gesto que le hagas y la tranquilidad que le transmitas, en dos días se sienten seguros, se relajan y todo fluye de otra manera”.

La estancia de los pequeños varía según la patología, que va desde los cinco o seis meses hasta años en los casos necesarios. Pero los pequeños no olvidan a sus familias, que llevan retratadas en una foto que portan consigo desde el primer día. La despedida es dura, pero para Teresa queda “la alegría que sentirán esos padres cuando reciben a sus niños ya recuperados como si les hubieran dado una nueva oportunidad”. El ciclo se completa cuando, ya en sus países de origen, mandan una foto a sus padres adoptivos, una instantánea que seguramente atesorarán de por vida.

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