RESCATE

Los ángeles de Mónica

  • El pasado miércoles los bomberos rescataron a una niña de cinco años colgada de un octavo piso

  • Cuando la menor comprobó que estaba sola, quiso salir de casa por el balcón

Los ángeles de Mónica

Los ángeles de Mónica / Javier Albiñana

"Mientras estábamos subiendo solo pensaba en llegar lo más rápido posible. Temí que al vernos la niña se relajase y se soltase". Así relata el bombero Luis Palma cómo vivió, junto a su compañero Daniel Arreza, los segundos previos al momento en el que se convirtieron en los ángeles de Mónica, la pequeña de cinco años que el pasado miércoles tuvo que ser rescatada del balcón de la octava planta de un edificio del pasaje Virgen de Belén, donde se encontraba colgada.

A las 20:20 del miércoles, mientras gran parte de Málaga contemplaba con gran atención ante el televisor quién se clasificaría para jugar la final del Mundial, en el parque de bomberos de Las Pirámides, Palma y Arreza recibieron uno de los avisos de salida que más tardarán en olvidar.

La pequeña Mónica se había quedado sola en casa y, ante el temor, esta niña malagueña decidió salir al balcón de la vivienda. Por causas que se desconocen, la menor se situó sobre un zócalo de apenas cinco centímetros en el exterior de la terraza. A partir de ese momento, todo aquel que pasaba por la vía y contemplaba la escena sufría por esta joven, cuyas manos y pies permanecían inmóviles y agarrados con firmeza a los barrotes del balcón a la espera de la llegada de sus salvadores.

Solo tres minutos pasaron desde que llegó el aviso al parque de bomberos hasta que estos comenzaron a desplegar la escala del camión en el lugar de los hechos. Algo más de un kilómetro entre estos dos puntos y un único pensamiento en la cabeza de los doce efectivos que se desplazaron. Rescatar a Mónica.

Los dos bomberos que ascendieron hasta el balcón montados en la cesta del camión escala fueron Daniel Arreza y Luis Palma, quienes, a pesar de sus dilatadas trayectorias y carreras en el cuerpo, nunca antes habían tenido que realizar un rescate como el del pasado miércoles, admite Palma.

Precisamente, él fue el encargado de coger en sus brazos a la pequeña Mónica. Un momento en el que solo los aplausos de los vecinos y curiosos que contemplaban el rescate quebraron el silencio y la angustia que inundaba aquella calle de la Carretera de Cádiz.

Estar colgada a más de 30 metros del suelo no impidió que la niña esperase a sus héroes con una asombrosa tranquilidad. "Cuando la cogí, hablé con ella y estaba muy pausada y calmada. Me sorprendió mucho", afirma Luis Palma. La cesta sirvió de un improvisado lugar de confidencias con la pequeña, quien "solo respondía a lo que se le preguntaba".

Allí, agachados, Palma y Arreza hablaron con la menor, cuya entereza y tranquilidad impidió que derramase ni una lágrima provocada por el miedo de cualquier niño ante tal situación.

Sin embargo, la suerte le sonrió a Mónica, ya que de haberse producido este hecho en una novena planta hubiese dificultado bastante su rescate. "Si hubiese estado en un piso más alto no hubiéramos llegado", señaló Arreza, ya que la escala con la que cuentan ahora, la de 30 metros, tuvieron que abrirla hasta el límite de su recorrido.

Tras este suceso, desde el Cuerpo de Bomberos de Málaga han vuelto a reclamar la reparación de la autoescala de 42 metros de la que disponen, la cual está pendiente de arreglo desde hace casi tres años. De esta forma, con los recursos que cuentan actualmente, se estima que son 1.100 los edificios de la ciudad en los que, por su elevada altura, no podrían realizar un servicio correcto y eficaz en caso de incendio. Según señaló durante la jornada de ayer el concejal de Seguridad, Mario Cortés, esta escala está siendo reparada en Italia y los bomberos podrán disponer de ella en un plazo estimado de un mes.

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