Dos años sin noticias de Amy

El viernes se cumplen dos años de la desaparición de Amy Fitzpatrick, la chica irlandesa residente en Mijas cuyas huellas se perdieron cuando regresaba a su domicilio tras pasar la Nochevieja en casa de una amiga. Desde entonces no se sabe nada sobre su paradero y las expectativas de encontrarla cada vez disminuyen más, señala su madre, Audrey Fitzpatrick, que a pesar de ello no se rinde. "Esta vida es un limbo. Estamos en la misma situación que hace dos años, salvo que los medios de comunicación, mayoritariamente extranjeros, siguen haciéndose eco de la historia para que no caiga en el olvido", explica ante los numerosos recortes de prensa que se acumulan en la oficina inmobiliaria de su pareja sentimental, David Mohan, en Calahonda.

"Hemos abierto este negocio para distraernos un poco. El 90% de los beneficios se destinan a la búsqueda de Amy", dice David. "Seguimos repartiendo su foto por diferentes países y pedimos colaboración a todo el mundo", añade Audrey, quien para atraer la atención de los vecinos ha plasmado en los carteles las banderas de España e Irlanda. También trabaja en la página web missingamy.net mediante la actualización de imágenes de la joven que en febrero cumpliría 18 años.

Al Ayuntamiento de Mijas también acudieron en busca de auxilio el pasado 27 de marzo, donde Audrey y David mantuvieron una reunión con el alcalde, Antonio Sánchez, para pedir que se exhibieran carteles de grandes dimensiones en las autovías y paradas de autobuses del municipio, tal y como se ha hecho en Canarias para buscar a Yeremi Vargas y Sara Morales. Sin embargo, la cita, que apenas duró diez minutos, no resultó fructífera para Audrey. "El alcalde nos dijo que no podría costear los carteles por motivos económicos", explica la madre, no sin antes añadir que "cuando hay elecciones sí que hay dinero para cartelería". No obstante, la versión difiere con la del Consistorio, ya que el primer edil propuso hacer uso de los medios de comunicación locales del municipio, oferta que fue rechazada por la pareja irlandesa. En cualquier caso, a día de hoy existen dos vallas publicitarias gigantescas a la entrada de Calahonda con imágenes de Amy. Una acción solidaria que ha sido posible gracias a un amigo de la familia.

Mientras que hace un año Audrey quería convencerse de que su hija pudo haberse ido por sus propios medios, ahora su balanza indica en un 99% que no fue así. "La Policía incluso nos pide perdón por no encontrar más pistas. Dicen que es uno de los casos más difíciles porque hace mucho tiempo que no se sabe nada. Llevar dos años desparecida no es normal", manifiesta la madre, que el próximo 11 de enero acudirá a la cita oficial que mensualmente mantiene con la Guardia Civil. No obstante, tanto Audrey como David muestran cierta inquietud ante los numerosos intentos de rapto de menores que se han producido en las urbanizaciones mijeñas durante el último mes y que están siendo investigados por la Guardia Civil. A pesar de ello, sucesos parecidos al de Amy con un final feliz les hacen mirar hacia delante. "Hace poco salió en una tele inglesa el caso de un chico que volvió a casa después de 30 años", comenta la madre ilusionada.

Dean, el hermano de Amy, sigue en Irlanda con su padre, señala Audrey. "A él le cuesta mucho toda esta historia. Apenas habla sobre el tema, ni tampoco quiere ver fotos o vídeos de su hermana porque le duele mucho. Está mejor con la familia, ya que David y yo viajamos mucho durante la semana para repartir pósters de Amy. De hecho, hemos visitado muchos países, como Alemania, Portugal o Francia. Si Amy se fue, no pudo coger un avión porque no tenía pasaporte", añade, a la vez que recuerda que su hija no llevaba ni bolso ni dinero cuando desapareció aquel 1 de enero de 2008 sobre las 21:30, aunque la denuncia no se puso hasta el día siguiente, cuando la madre llamó preocupada a casa de su amiga creyendo que Amy se había quedado una noche más.

Para el 2010 Audrey se ha propuesto contactar no sólo con altos cargos de la política, sino también con artistas, como por ejemplo Bono de U2, para que en todos sus conciertos se haga un llamamiento a la población. La cuestión es que la gente no olvide a Amy.