La antigüedad es un grado en la barriada de García Grana

La historia de Oliva Rojas García lo es también del barrio malagueño de García Grana. A sus 92 años es una de las primeras personas que ocuparon los originales edificios de este enclave. En ellos permanece desde hace 49 años. Aquí llegó casada y con dos hijos. Ahora es una de las 166 beneficiarias de la segunda fase de realojo impulsada por el Ayuntamiento de Málaga, que trata de transformar un espacio marcado durante años por el abandono y la dejación. Esas personas fueron llamadas ayer a las urnas para decidir cómo quieren que sean elegidos los pisos de protección oficial que le corresponden en la promoción recién terminada.

"Voy a votar para que se haga por antigüedad, en lugar de por sorteo", comentaba Oliva pocos minutos antes de que depositase su papeleta en la urna. Un gesto que en la jornada de ayer fue repetido por un total de 138 personas, todas ellas con derecho a una de las 193 viviendas que alberga el bloque. La iniciativa puesta en práctica es absolutamente pionera en el funcionamiento municipal y con ella el equipo de gobierno del PP intenta evitar cualquier polémica relacionada con el modo de adjudicación de las viviendas sociales.

Similar trayectoria en el barrio tiene Mari Paz Manzaneda, quien pisó por vez primera esta parte de la ciudad en el año 1960. "Mis niños tenían 4 años cuando llegaron a la barriada y ahora tienen más de 50", cuenta Mari Paz, quien desde hace tiempo vive sola. Insiste en que quiere un piso en la segunda planta, para tratar de evitar los problemas de inseguridad que hay en la zona y el ruido que se produce en la calle.

Por su parte, María Amaya habita la zona desde hace 30 años. Al contrario que sus vecinas, a ella le gustaría que todo continuase como está, ya que se queja de las condiciones de las nuevas viviendas. "Quisiera seguir viviendo donde lo hago ahora, porque al menos me da el aire cuando salgo al balcón. Lo que han hecho son como nidos de gallinas".

El referéndum de García Grana, iniciado a las 10.00 y finalizado a las 18.00, transcurrió con absoluta normalidad. A excepción de algunos adjudicatarios que aprovecharon la ocasión para expresar públicamente sus dudas y su disconformidad con el realojo o de una madre a la que no se le permitió votar en nombre de su hija, titular de la casa. Una de estas vecinas, a voz en grito, aseguraba antes de conocer el resultado de la votación que no se iba a conformar con lo que le diesen. "Llevo 38 años ahí metida, mi madre me trajo del hospital recién nacida, me he casado en el barrio y sigo en él porque no hay dinero para irse. Es la peor barriada de Málaga", apostillaba. Otra, en conversación con el concejal de Vivienda, Diego Maldonado, le pedía explicaciones de por qué no le han otorgado un piso en la primera planta, dado que su hijo presenta una discapacidad intelectual superior al 30%.

Pero más allá de estos episodios, la de ayer fue una jornada histórica en García Grana. El edil popular recordó que si bien la segunda fase de realojo esta integrada por 193 viviendas, sólo 166 son destinadas a los inquilinos de la zona; las restantes formarán parte de una nueva fase de intervención. Los pisos objeto del sorteo de ayer serán entregados después del verano, según precisó Maldonado.

El resultado final de la consulta popular fue favorable a aquellos que demandan que prime la antigüedad de los residentes. En concreto, de los 138 sufragios emitidos (de un total de 166), 84 se decantaron por este mecanismo, mientras que sólo 47 lo hicieron por el sorteo. Maldonado precisó que, una vez conocida la opinión de la mayoría de los beneficiarios, y tras las consultas jurídicas pertinentes, lo que se tendrá en cuenta a la hora de fijar el orden de selección será el tiempo que los propietarios lleven viviendo en el barrio y no sólo en el piso que actualmente ocupan.