El arte de lo más pequeño
l Carromato de Max. Avenida del Compás, s/n. Mijas. Precio: 3 euros.
Carromato de max
De los numerosos atractivos que ofrece Mijas Pueblo para disfrutar en familia, hay uno que prácticamente se ha convertido en una cita obligada. Se trata del Carromato Max, el primer museo mundial de miniaturas que desde mayo de 1972 ofrece una interesante serie de piezas artísticas. La sala de exposiciones cuenta así con un total de 360 objetos para cuya elaboración se han utilizado materiales diversos aunque también muy corrientes, desde tizas de escuela y cerillas hasta jabón y migas de pan. Como ejemplo de algunas obras maestras están las siete maravillas del mundo pintadas en un palillo de dientes o una bailarina perfectamente tallada en un palo de fósforo. Llamativas son también las numerosas piezas realizadas por el ecuatoriano Andrade Guerra, quien en la sala mijeña expone su denominada leyenda del museo, un escrito reflejado sobre la cabeza de un alfiler y que sólo puede leerse con la ayuda de un microscopio. Otro escrito de este artista es el Padre Nuestro que se encuentra plasmado en el minucioso borde de una tarjeta de visita y que, sin duda, es una de las muestras más originales. Por otra parte, también se puede ver la copia de la Última cena de Leonardo Da Vinci, que en este caso está reflejado en un grano de arroz.
En esta misma línea se encuentran también otras miniaturas dignas de observar, como el pergamino con el discurso que pronunció Kubichel en Brasilia pintado sobre una pequeña moneda antigua o bien la corrida de toros realizada encima de una meticulosa lenteja. Al dibujo no le falta ni el más mínimo detalle, ya que hasta el público presente en la plaza se puede apreciar.
También existen una serie de piezas dedicadas a personajes históricos, como es el caso del retrato de Abraham Lincoln reflejado en la cabeza de un alfiler. Esta original idea pertenece al latinoamericano Muñoz Willy, considerado uno de los mejores miniaturistas de todas las épocas. De hecho, su obra sigue siendo un misterio, puesto que a día de hoy se desconoce con qué material pintó la cara de quien fuera presidente de los Estados Unidos.
En el Carromato de Max alberga también una pieza única en el mundo que siempre crea mucha expectación entre el público y que por ello se ha convertido en el objeto más valorado. Se trata de una cabeza reducida por los indios jíbaros, cuyos cabellos pertenecen a un hombre de raza blanca caucásico, según avala un documento del museo.
Pero, ¿quién fue realmente el profesor Max y cómo llegó a exponer estas pequeñas obras? Según datos consultados, Max nació en Brihuega (Guadalajara) y aunque estudió Medicina, más tarde se dedicó a la magia y la hipnosis, recorriendo toda Europa y África con la función Un hombre y una maleta forman el espectáculo más grande del mundo. Debido a que Max fue un hombre muy bohemio y aventurero, su afición por las antigüedades le llevó a coleccionar objetos pequeños, según él, por no disponer ni de dinero ni de casa lo suficientemente grande para albergar objetos mayores. En cualquier caso, gracias a su amor por este tipo de artilugios, aquellos que visiten Mijas tienen la ocasión de recorrer el mundo desde otro punto de vista.
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