Málaga

Denuncian un empeoramiento en la atención de la Salud Mental en Málaga tras la pandemia

  • La asociación Afenes reclama más recursos para casos agudos y dispositivos específicos para los pacientes psiquiátricos con adicciones

Jóvenes en un taller de rehabilitación en una imagen de archivo.

Jóvenes en un taller de rehabilitación en una imagen de archivo. / M. H.

Las familias de las personas con trastornos mentales siempre se quejan de que estos pacientes son los más olvidados y llevan por lo menos dos décadas reclamando un aumento de los recursos para los casos más graves que acabe con el déficit que tiene la provincia. Pero advierten que con la pandemia, la situación ha empeorado. Por varias razones. Porque durante el confinamiento muchos servicios cerraron al público, porque otros dispositivos han tenido que hacerlo con posterioridad debido a contagios de Covid y porque ahora, en general, el acceso a la asistencia es más difícil por la actual crisis sanitaria. Y las consecuencias, insisten, las pagan los propios afectados y sus familias.

“No existe salud sin salud mental y la situación se ha agravado”, asegura Carmen Sibaja, la recientemente elegida presidenta de la Asociación de Familiares de Personas con Problemas de Salud Mental (Afenes) de Málaga. Se refiere a que los cuadros de muchos enfermos “se han agudizado” y que además, debido a la pandemia, otras personas han debutado con trastornos de ansiedad y depresión. “Antes, los recursos ya eran escasos y ahora, más. Aunque esto depende de las zonas, en general, la asistencia sanitaria ha empeorado”, sostiene.

Por ello reitera una reivindicación enarbolada durante años desde Afenes: más camas de agudos para los pacientes más graves. “La población se ha incrementado considerablemente y los recursos son los de hace 30 años”, se queja. Por eso de demanda más camas en la Unidad de Agudos del Clínico y la apertura de la del Hospital Costa del Sol de Marbella. Este dispositivo está previsto en la ampliación del centro sanitario que nunca se termina.

También demanda programas o espacios específicos para la atención de la patología dual –como se llama a la coincidencia de una enfermedad mental con una adicción– y para los trastornos límites de la personalidad. Insiste en que hacen falta “recursos integrales” que atiendan a la persona en su conjunto para no perder el tiempo ni marear a los pacientes y a sus familias. “El problema es que la población crece y la sociedad cambia, pero la salud mental sigue estancada. Hace falta un tratamiento integral”, resalta.

Advierte que hay enfermos mentales que ya son mayores, no tienen familias y cuyo único apoyo es Afenes. Por eso insiste en la importancia de darle visibilidad al colectivo, de favorecer su integración social y de luchar por su incorporación al mercado laboral. En este aspecto recuerda que el 82,4% de las personas que sufren un trastorno mental están desempleadas. “No les dan la oportunidad de trabajar”, denuncia.

Afenes –con una larga trayectoria de apoyo a los afectados por una enfermedad mental y a sus familias– atiende a unas 750 personas en la provincia. No obstante, su situación económica es complicada. Las subvenciones de la Junta y de los ayuntamientos con las que cuenta apenas les alcanza para cubrir los gastos hasta finales de diciembre.

Los expertos estiman que en torno a la cuarta parte de las persona sufrirán a lo largo de sus vidas algún trastorno mental.

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