Málaga

El Aula del Mar sale de las profundidades

  • Los trabajadores esperan reabrir el museo Alborania en octubre gracias a unas subvenciones del Ayuntamiento de Málaga

  • Desde el inicio de la pandemia no han podido reincorporar a todos sus trabajadores en ERTE

Jóvenes en el proyecto Acuaponía.

Jóvenes en el proyecto Acuaponía. / Aula del Mar (Málaga)

No corren tiempos fáciles para los trabajadores del Aula del Mar en Málaga. Pero a pesar de las dificultades, las ganas y la ilusión por crear nuevos proyectos y continuar con las investigaciones ya iniciadas superan todos los obstáculos.

El pasado mes de marzo fue quizás el más crítico para esta asociación, que se mostró al borde del cierre por los problemas de deuda que mantenía la entidad con las diferentes administraciones. “Gracias a ese llamamiento y la difusión que tuvo, nuestra intención es ya reabrir el museo Alborania en octubre, con el inicio del nuevo curso”, explicó Francisco López, responsable del área de Educación del Aula del Mar.

“Con esta medida, queremos rescatar al resto de compañeros que siguen en ERTE”, deseó López. Desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, cuando el Aula del Mar tuvo que parar toda su actividad e investigaciones, aún no han podido reincorporar a toda la plantilla al completo. “Confiamos en que cada vez los vacunados sean más y el proceso llegue a los más pequeños. Para que abramos el museo debemos tener rentabilidad”, relató López. Y es que este verano las condiciones no eran óptimas para implementar esta medida, ya que López asegura que los ciudadanos locales malagueños ya conocen el museo, y el turismo sigue estando en parte retraído por toda la situación.

“Además, el museo es un cubo de cristal, solamente tiene abierta la terraza y la puerta de abajo. Tenemos ese hándicap, un edificio muy bonito pero con poca ventilación”, describió el responsable. Con el inicio del nuevo curso están previstas algunas actividades en el exterior en colaboración con EMASA. “Juntos hacemos talleres en los colegios sobre el tema del consumo responsable del agua, y damos consejos para su correcta utilización”, concretó el responsable.

Tras año y medio sobreviviendo a la pandemia del coronavirus el deseo es volver al trabajo con todo el equipo. “Con todo el revuelo que hubo con este tema, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se comprometió junto a la Diputación a subvencionarnos con un dinero para tirar adelante”, comentó Francisco López. Actualmente se encuentran en el proceso de elaboración y presentación de las actividades que se realizan, tanto en el museo Alborania como en este nuevo curso que pronto arranca, y en sus correspondientes desgloses presupuestarios. “Tenemos que pensar e ilusionarnos en estos nuevos proyectos que nos permitirán tener la liquidez suficiente para continuar”, advirtió López.

Pero a pesar del cierre del cierre de estas instalaciones, el trabajo no ha cesado en estos meses de temporada estival. Así, siguen con el proyecto de Acuaponía, en el que trabaja el biólogo Ramón de Haro. “El proyecto consiste en el cultivo de peces y de plantas en un mismo sistema que está integrado. El desecho de los peces de agua dulce se utiliza para abonar de forma natural y ecológica a las plantas”, explica De Haro.

Peces del proyecto Acuaponía. Peces del proyecto Acuaponía.

Peces del proyecto Acuaponía. / Aula del Mar (Málaga)

Esta iniciativa desarrolla actualmente en el edificio de La Noria. “Tenemos una pequeña instalación demostrativa y de investigación”, detalla el biólogo. El Aula del Mar ha conseguido internacionalizar este proyecto, ya que se firmó un convenio con un instituto francés para que pudieran asistir prácticos del país vecino a aprender todo este trabajo.

“También tenemos un centro de recuperación de las tortugas que aparecen con los compañeros del CREMA (Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas)”, señaló López. Este centro, creado en 1994, comenzó gracias a la recuperación por parte de los trabajadores de la primera tortuga en ese mismo año. “Ahí es cuando le planteamos a la Junta de Andalucía la creación del centro”, contó el trabajador. Desde el Aula del Mar se lamentan de que otros sectores de la ciudad, como el servicios, sí han podido recuperarse un poco en este verano de la crisis. “Pero nosotros aún no, el museo sigue cerrado”, explicó López.

Los trabajos de investigación continúan su curso aunque con un mínimo de personal. “Esto es lógico porque tenemos menos ingresos, es así”, detalló el responsable del área de Educación de la asociación marina. No obstante, Francisco López espera que el malagueño que ha visitado sus instalaciones en sus 32 años de existencia tome conciencia de la situación y de lo imprescindible que es el Aula del Mar en la ciudad de Málaga. “Creemos que desde 1989 hemos calado y dejado un mensaje importante en la población”, comentó Francisco López.

“Cuando nos embarcamos en el tema de educación ambiental no se sabía muy bien por dónde tirar. Era toda una aventura”, continuó. Por aquel entonces el objetivo primordial era informar sobre los peligros que conllevaba la pesca de arrastre. “Como el Aula del Mar estaba en el puerto, nosotros aprovechábamos la oportunidad”, relataba López.

Desde el Aula del Mar recalcan que Málaga cuenta con un espacio del mar Mediterráneo muy especial que hay que investigar, conocer y cuidar. “Nosotros estamos en el mar Alborán, que tiene una riqueza que hay que saber proteger”, explican.

Los años de trabajo constante dan sus frutos y Francisco López cree que la mentalidad del malagueño ha cambiado en las últimas décadas y que está mucho más comprometido con el medio ambiente. De hecho, las nuevas tecnologías se han incorporado de forma vertiginosa al trabajo del Aula del Mar. Gracias a estas herramientas y al trabajo colaborativo de los ciudadanos nació Infomedusas, una aplicación que permite conocer si las medusas están presentes o no, y en qué cantidad, en las playas del litoral malagueño. “Una app de este estilo necesita de muchas personas que colaboren, porque nosotros no podemos recorrernos diariamente las costas de la ciudad y ver su estado. Pero la iniciativa tuvo mucho cariño y apoyo”, matizó López. Este verano, por desgracia, la aplicación vuelve a ser imprescindible para todos los malagueños y turistas que quieren pasar un día en la playa.

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