Málaga

Un autobús sin conductor conectará el puerto y el Centro

  • Es una iniciativa pionera en Europa y servirá para trasladar a los cruceristas en el año 2020

Cruceristas en el Puerto.

Cruceristas en el Puerto.

Málaga va a ser la primera ciudad en Europa que va a tener un autobús sin conductor circulando por las calles. Lo hará desde el puerto hasta el Centro y llevará a los cruceristas que lleguen a la capital. Es un proyecto experimental que cuenta con una inversión de 9 millones de euros y un plazo de ejecución de cuatro años. De hecho, los primeros pasos se iniciaron en 2017 y el objetivo es que el autobús pueda estar operativo en 2020. La iniciativa, llamada AutoMOST, está liderada por el grupo Avanza y es tal su magnitud que participan otros 11 socios de todo el país entre los que se encuentran Irizar, Datik, Etralux, Ingeniería Insitu, Novadays, Masermic, Tecnalia, la Universidad Politécnica de Madrid, Insia, Ceit-IK4 y la Universidad de Vigo.

"Se han hecho más pruebas con vehículos autónomos pero esta es la primera vez en Europa que se hace con un autobús de 12 metros de longitud con capacidad para transportar a 55 personas y que va a tener una explotación real, es decir, que va a mover a viajeros de verdad", explica a este diario Rafael Durbán, director de Cercanías de Andalucía del grupo Avanza.

Es un proyecto de investigación con 12 socios y una inversión de 9 millones de euros

Este autobús será además 100% eléctrico, lo que permitirá que no contamine, y tendrá todo tipo de comunicaciones, un sistema de posicionamiento y guiado de alta precisión y estará conectado a un centro de control desde el que se podrán indicar instrucciones concretas a cada unidad, así como llevar a cabo su monitorización y conocer su itinerario en tiempo real. El vehículo es automatizado, aunque también tendrá la opción de ser conducido por una persona y, según señala Durbán, "siempre habrá un conductor en el interior del vehículo por motivos de seguridad".

Al ser un proyecto de investigación tiene una fecha de nacimiento y de caducidad. La ley permite hacer pruebas con el vehículo hasta un máximo de seis meses y en este caso la experiencia piloto será de tres meses, un tiempo que sus gestores consideran "suficiente" para ver cómo funciona. A partir de ahí se abren varias vías posibles. Durbán especifica que se podría poner en marcha un segundo proyecto con un mayor grado de automatización, "aunque habría que ver cómo está de madura la tecnología en ese momento y si merece la pena hacer algo más ambicioso". Este directivo también subraya que, tras la primera evaluación, serán las empresas las que decidan apostar o no por este tipo de tecnología aunque recalca que "el futuro va por la automatización por la seguridad del conductor".

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