Las altas temperaturas se resisten a abandonar Málaga. La ola de calor, la tercera que azota a la provincia desde el comienzo del verano, seguirá disparando los mercurios durante la jornada del miércoles. La Agencia estatal de Meteorología (Aemet) ha activado un aviso rojo (el segundo del verano) en la Costa del Sol y en el Valle del Guadalhorce e indica que en la capital podrían alcanzarse los 42 grados, mientras que en el caso de las poblaciones del interior, con la citada anteriormente a la cabeza, la previsión se eleva hasta los 45º. 

El director de la Aemet de Málaga, Jesús Riesco, detalla que la situación de condiciones extremas que, de nuevo, experimentará la provincia se debe a la entrada en acción del aire de poniente, que, como ya saben muchos malagueños a fuerza de sufrirlo, trae consigo el aumento de las temperaturas y la sequedad ambiental. 

Riesco explica que el escenario, en principio, podría prolongarse "dos días" y que está previsto un descenso térmico coincidiendo con la llegada del fin de semana. 

Por la noches, se estima que las circunstancias tampoco ayudarán demasiado a conciliar el sueño, pues se repetirá lo ocurrido la semana pasada tanto en la capital como en el Valle del Guadalhorce con 25º de media de madrugada (entrando en lo que los expertos denominan noches ecuatoriales o tórridas) 

A todo lo anterior se debe sumar el ascenso de las temperaturas del mar durante este mes de julio hasta "casi 25 grados". Algo que, según Riesco, es "anómalo" por estas fechas, ya que lo normal es que sean "2 o 3 más bajas", rondando los 22º.

Este calentamiento, asimismo, se estaría produciendo "no sólo en las costas de Málaga y el mar de Alborán sino en todo el litoral mediterráneo". Aunque es cierto que hay "constantes fluctuaciones" térmicas debido a la influencia de vientos de levante o poniente, que aumentan o disminuyen la gradación del agua.