Barcos anticontaminación
Teniendo en cuenta que la industria de los barcos de turistas vive de la imagen, la posibilidad de infringir normas establecidas para la protección medioambiental sería una mala idea
Adiós Trasmediterránea
Resulta curioso ver como un amplio grupo de la población expresa una significativa animadversión frente a las medidas anticontaminación que se gestionan en los buques de crucero. Teniendo en cuenta que la industria de los barcos de turistas vive de la imagen, la posibilidad de infringir normas establecidas para la protección medioambiental sería una mala idea; unas trampas que serían complicadas de mantener en el tiempo y que a la larga saldrían a la luz debido a los muchos y muy diferentes controles que al respecto efectúan diversas instituciones implicadas en estos asuntos.
Salvando así las buenas intenciones ecologistas de las principales compañías que gestionan el negocio de los buques de crucero, quizás, el foco medioambiental tendría que estar centrado en los barcos de carga; una inmensa flota internacional donde es mucho más fácil saltarse alguna norma. Y aunque las grandes navieras dedicadas a este sector también suelen cumplir, otras que movilizan pocos barcos y con edades muy avanzadas sí que constituyen un verdadero problema al hablar de contaminación medioambiental tanto atmosférica como marina.
Dicho esto, y al hilo de lo que acabo de referirles, hoy traigo a esta columna a un barco que hace unos días operó en aguas malagueñas mostrando un sistema que reduce las emisiones contaminantes. Atendiendo a la denominación de lavador de gases o Scrubbers, el bulk carrier de 225 metros y bandera panameña Orange Harmony mostró atracado en el muelle número siete un voluminoso elemento en forma de torre que, situado a popa se conectaba con la chimenea del barco.
Esta estructura que muchos barcos ya llevan integrada de astillero y que el caso del Orange Harmony fue instalada posteriormente a su construcción en 2017, tiene como misión la depuración de emisiones atmosféricas de óxidos de azufre y nitrógeno fundamentalmente; una norma de obligado cumplimiento que la Organización Marítima Internacional hizo entrar en vigor en enero de 2020.
Un asunto acompañado de alguna polémica que ya traje a esta columna hace algún tiempo y que ahora vuelvo a reseñar. Un tema medioambiental que deja claro que en el mundo de la mar y los barcos no todo es contaminación.
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