Los barrios periféricos duplican su población en tres décadas

Están más alejados del núcleo urbano y algunos ni siquiera disponen de servicios sanitarios, educativos o de ocio cerca. Sin embargo, se han convertido en la mejor alternativa para que miles de malagueños ubiquen en ellos su residencia por ofrecer viviendas a precios más asequibles. Tanta es la población que se ha ido asentando en estas zonas periféricas de la ciudad, como Churriana, la zona del Guadalhorce, Puerto de la Torre y Campanillas, que han aumentado en más de un cien por cien su número de residentes en los últimos 30 años y multiplicado por 13 en el caso de otros como Teatinos.

Son los barrios malagueños que más han notado como su población ha ido creciendo desde 1980 cuando eran pocos los que los elegían para vivir por estar prácticamente alejados de todo. Pero la expansión que ha sufrido la capital en este tiempo ha hecho casi inevitable que se conviertan en barrios dormitorio para muchos malagueños. El caso más llamativo es el de Teatinos donde hace 30 años apenas vivían 2.731 personas por ser una zona entonces muy alejada de la ciudad y prácticamente una extensa superficie sin urbanizar donde ni siquiera en ese momento estaba construido el campus universitario. A partir de los años 90 con el boom de la construcción y de la población, la ciudad necesita nuevos espacios de asentamiento y esta zona se transforma por completo hasta el punto de que ahora residen allí casi 38.000 habitantes. O, lo que es lo mismo, este área ha experimentado un crecimiento en dos décadas de más de un 1.288%, según los datos

Pero aparte de Teatinos, la zona que más ha crecido en población en estos años ha sido Churriana. En 2010, según los datos de la Agenda 21 de Málaga actualizada por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (Omau), contaba con 12.056 vecinos, un 118,48% más que dos décadas antes cuando apenas vivían allí 5.518 personas por estar en se momento casi desconectado del entorno urbano. Lo mismo ha ocurrido en toda el área que rodea a los polígonos industriales de la capital malagueña que han ido conformando auténticos barrios prácticamente inexistentes hace 30 años. También en esta zona se ha duplicado la población en es décadas, al igual que en Campanillas y Puerto de la Torre.

Pero curiosamente en todos barrios que han crecido tanto en las últimas décadas la densidad de población está muy por debajo de la media del municipio y muy por detrás de zonas tan pobladas como el Centro y el Litoral Oeste. Por ejemplo, en el Puerto de la Torre donde se ha multiplicado por dos la población desde 1980, viven actualmente unas 48 personas por hectárea, cuando la media total es de 81 y en la Rosaleda, por ejemplo, es de más de 198.

En el resto de la ciudad el crecimiento demográfico no ha sido tan disparatado, aunque muy dispar según las zonas. Según los indicadores de Sostenibilidad de la Agenda 21, en sitios como el Litoral Oeste el número de habitantes no ha aumentado más de un 8,68% porque este espacio ya estaba saturado con anterioridad. Sí ha crecido más en el Centro, que se ha ido revitalizando notablemente en estos años, y en el Litoral Este donde la ciudad ha seguido expandiéndose.

Las únicas áreas malagueñas que han perdido población entre 1980 y 2010 han sido la conocida como las Pedrizas -con barrios tan populares como Ciudad Jardín y Parque del Sur- con casi 10.000 vecinos menos, y la Rosaleda y la Prolongación. Aún así, el desarrollo urbanístico de Málaga no ha ido al unísono con el crecimiento de su población en el último medio siglo porque mientras el número de habitantes no ha llegado ni a duplicarse desde 1950, la superficie urbanizada se ha multiplicado por diez en ese periodo. En esos años Málaga agrupaba una población de 273.00 habitantes en apenas 623 hectáreas. Hoy en día, en cambio, la ciudad tiene 577.095 habitantes y ocupa 7.118 hectáreas, lo que indica que el modelo urbanístico ha primado una gran ocupación de suelo en equipamientos comerciales y recreativos haciendo una ciudad demasiado dispersa.