Málaga

La basura de los restaurantes del centro se recogerá puerta a puerta

  • El Ayuntamiento de Málaga quiere cambiar el sistema de recogida actual y dejar los contenedores soterrados para los vecinos

Los hosteleros del centro histórico de Málaga no podrán tirar la basura a los contenedores instalados en la vía pública y un servicio de recogida puerta a puerta se encargará de recoger los residuos de los restaurantes y bares para tratar de acabar con la mala imagen que genera en algunos puntos la acumulación de bolsas. El Ayuntamiento de Málaga trabaja desde hace varias semanas en la elaboración de una propuesta que presentarán al sector y con el que pretende solventar el fracaso del actual sistema de recogida que tantas quejas genera.

En el plazo máximo de seis meses, el Área de Sostenibilidad Medioambiental espera tener definida y consensuada la propuesta con los hosteleros del casco antiguo y empezar a poner en marcha el nuevo modelo, que implicará además cambios para los vecinos de la zona. Y es que la intención del equipo de gobierno del PP es que los contenedores soterrados se reserven únicamente para los habitantes del centro mediante un sistema de identificación que les permitirá abrirlos y depositar la basura.

La idea, explicó el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, es "evitar que los contenedores puedan ser usados por los hosteleros y que la basura que generen estos establecimientos sea recogida directamente para que no sea depositada fuera a cualquier hora".

A falta de definir cómo será el nuevo sistema de recogida de basura del centro, la intención es seguir la senda de lo ya hecho con respecto al cartón y el vidrio. En este último caso es Ecovidrio, entidad sin ánimo de lucro encargada del reciclado de este residuo en España, quien a través de la empresa Molivisa lleva a cabo desde mayo del año pasado un servicio de recogida puerta a puerta en 112 establecimientos que se han adherido voluntariamente a la iniciativa en esta zona y que ha dado muy buenos resultados.

Aún quedan muchos aspectos por definir , especialmente el horario en el que se haría la recogida puerta a puerta de los residuos sólidos urbanos que tienen más problemas a la hora de almacenarlos por su volumen y olor. El edil aclaró que "en función de lo que los hosteleros demanden y de los operarios que sean necesarios para poder cumplirlo, habrá que plantearse la subida de las tarifas que ahora pagan para asumir ese servicio".

Hasta que no esté definido no se sabrá el coste real que tendrá la recogida y será entonces cuando el Área de Sostenibilidad Medioambiental consultará con Gestrisam cómo se distribuirán las tasas, que actualmente se establecen según los metros cuadrados del local y el tipo de establecimiento. Por ejemplo, un restaurante con capacidad para unos 60 comensales paga entre 800 y 1.000 euros anuales por este concepto.

Uno de los planteamientos que ya se ha puesto sobre la mesa es que el precio a pagar en concepto de basura tenga también en cuenta la superficie de las terrazas y se afine más en la tipología del local. Sin embargo, Jesús Sánchez, presidente de la patronal hostelera Mahos, ya advirtió ayer que no están de acuerdo con que las tasas se establezcan únicamente teniendo en cuenta esos criterios y abogó por que "se fijen por el volumen de basura generada y así sean justas".

El concejal ya tuvo un primer encuentro con los hosteleros hace tres semanas para exponerles la intención de cambiar el actual sistema y asemejarse a lo que ya se hace en otras ciudades como Barcelona, donde los hosteleros pagan una parte fija de la tarifa y otra variable en base al volumen que genere cada uno.

Pero el representante de los hosteleros considera que el sector no puede ser el único que soporte el coste del servicio de basura del centro y pidió que antes de subir las tasas "se sepa cómo se gestiona el servicio y a dónde va el dinero que ya nos cobran por ello". De ahí, que exigiera que no se analice esta cuestión "desde un único prisma, sino como un proyecto de todos".

Las soluciones adoptadas hasta ahora en el casco antiguo para solucionar la mala imagen que genera la acumulación de basura derivada de la hostelería en determinados puntos han servido de poco. El Ayuntamiento de la capital quiso perseguir las malas conductas y multar a todo aquel que tirara la basura fuera del horario y del contenedor, pero la amenaza de los camareros de iniciar una huelga hizo que se frenara en seco y no llegó a más.

Ante el fracaso del plan municipal, se amplió el horario nocturno de recogida de basura a petición de los hosteleros. Incluso se planteó realizar un mapa del centro para recomendar a cada hostelero dónde debía arrojar las bolsas según la ubicación de su establecimiento para evitar la saturación de los contenedores, además de obligar a los nuevos locales a tener un cuarto de basura. Pero nada de eso se ha concretado.

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