La batalla de Pensacola se 'reconstruye' desde Nereo

"A las tres de la tarde se formarán, a 500 varas del fuerte Jorge, seis compañías de granaderos y las de cazadores de la Brigada Francesa, a cuya distancia salió el general con su tropa y después de haber entregado las banderas del Régimen de Waldeck y una artillería, con las ceremonias acostumbradas rindieron las armas". El 10 de mayo de 1781 el militar malagueño Bernardo de Gálvez, nacido en Macharaviaya, escribía estas palabras después de que con su bergantín Galveztown escribiese una de las páginas más heroicas de la Guerra de Secesión Norteamericana al enfrentarse e imponerse a las tropas británicas en la batalla de Pensacola. Una figura y un episodio que estos días se recuerdan en Málaga con una serie de actividades y que tendrán como acto principal el que se iniciará hoy en Astilleros Nereo, donde se construirá una réplica de la mítica nave de guerra.

El proyecto será llevado a cabo por unos ocho empleados del astillero, algunos de los cuales se formaron en la escuela taller del mismo, y está previsto que esté ejecutado en un plazo de tres años.

El bergantín tendrá 21 metros de eslora y grandes mástiles por lo que, cuando llegue el momento de su botadura, es más que probable que se tenga que abrir una nueva puerta al mar, ya que la actual no está acondicionada para estas dimensiones.

A las 12:00 está previsto que se coloque la cuaderna maestra de lo que será el futuro esqueleto del nuevo Galveztown, a cuyo acto acudirán numerosas autoridades locales y representantes del mundo universitario y de la cultura norteamericana, presentes en la ciudad para la firma de un acuerdo de hermanamiento y cooperación entre instituciones de este país y otras malagueñas. La Universidad de Málaga organiza hoy un simposium sobre Bernardo de Gálvez.

La colocación de la primera pieza será el punto de partida de un trabajo que despeja el incierto futuro de Astilleros Nereo, sobre el que durante los últimos años ha pesado la espada de Damocles de la prolongación del Paseo Marítimo El Pedregal. La desaparición de esta tradicional empresa, así como la de los Baños del Carmen, ha provocado la oposición de diversos colectivos y vecinos de la zona, que los consideran reductos irremplazables de la historia de Málaga.

Inicialmente está previsto que el nuevo bergantín de una vuelta al mundo cuando esté concluido y se estudia la posibilidad de que, después de finalizar este trayecto, se convierta en un museo flotante.