Bayona cierra la Comic-Con Málaga 2025 en el Hall M y deja abierta la puerta a proyectos sobre viajes en el tiempo

El director español se convirtió en el jefe final de una convención que todo el día fue un festival de emociones, colas, referencias pop y colapso

Bayona, este domingo, en el cierre de la Comic Con Málaga.
Bayona, este domingo, en el cierre de la Comic Con Málaga. / Javier Albiñana

El cierre de la Comic-Con Málaga 2025 llegó media hora tarde de lo esperado pero tuvo un momento digno de fotograma de película: Juan Antonio Bayona subió al escenario del Hall M, abarrotado de fans armados con cuadernos, móviles y pósters, como si fueran aventureros entregando reliquias a un maestro del cine fantástico. Entre aplausos y vítores, que anteriormente habían sido quejas por la tardanza, el director español se convirtió en el jefe final de una convención que, durante todo el día, había sido un auténtico festival de emociones, colas, referencias pop, colapso de zonas del Palacio de Ferias y Congresos.

La proyección de su carrera comenzó como un viaje por un multiverso visual: desde El orfanato, esa ópera prima que muchos consideran un hechizo cinematográfico de madurez sorprendente, hasta La sociedad de la nieve, donde 140 días de rodaje se transformaron en una cronología casi documental de los hechos reales que retrata. Bayona recordó su devoción por Alex de la Iglesia, un faro para quienes, como él en sus primeros años de estudiante, buscaban rutas alternativas en el cine: “Viendo a Alex de la Iglesia, los que empezábamos a estudiar cine vimos que ahí había un camino”.

Entre las anécdotas no faltó su encuentro con Guillermo del Toro, durante un festival de cine, que lo marcó profundamente: “Dije que quería hacer una película de terror y a Guillermo le sorprendió por los cortos que había hecho antes, pero dijo directamente que quería ser parte”, explicó. La fantasía, para Bayona, no es solo espectáculo; es un joystick para manejar emociones complejas: “La fantasía es una herramienta para tener más la verdad… nos ayuda a entenderla. Como cuando aparece un monstruo detrás del niño y le ayuda a expresar unas emociones que no puede verbalizar”.

Su paso a Hollywood fue explicado casi como una misión secreta: aprender a sobrevivir con presupuestos enormes, pero aplicando la creatividad que le enseñó el cine español de bajo coste. Sobre La sociedad de la nieve, Bayona subrayó que recrear los hechos cronológicamente fue como programar un juego en modo realista: “Todo lo que pasa durante el rodaje son pequeñas joyas… la intuición es una herramienta muy importante para un director”. Incluso comparó el asombro de ver a Superman volar con la experiencia de un protagonista que muere y sigue narrando, mezclando épica de cómic con drama humano.

Hasta aquí, nada apuntaba a viajes temporales… hasta la ronda de preguntas. Un fan lanzó la pregunta definitiva: “¿Puede ser que en el futuro nos sorprenda con algo de viajes en el tiempo?” Bayona sonrió, y como un NPC con secreto desbloqueado, respondió: “Puede ser… pero no me gusta hablar de los proyectos en los que ya estoy trabajando”. Ese pequeño guiño bastó para que el hall M explotara en emoción contenida. De repente, todos empezaron a imaginar un Bayona estilo Volver al futuro, 12 monos o Interestelar, mezclando drama y paradojas temporales que solo sabremos en qué terminan en un futuro , que como diría Doc, “todavía no está escrito. No hay nada que puedas hacer para cambiarlo… todavía”, ni aunque sea el director de la película.

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