Un bingo divide a Dos Hermanas
Los vecinos quieren jugar en el Centro Ciudadano municipal, pero la asociación recuerda que es ilegal
¿Quién no ha jugado unos céntimos en cartones casero de la lotería? Ésta es una práctica común en numerosas peñas y asociaciones de la capital. Los vecinos de Dos Hermanas, principalmente los ancianos del barrio, no tenían sitio donde reunirse hasta que hace un año aproximadamente se inauguró el Centro Ciudadano Adolfo Cervantes, un edificio municipal que utilizan vecinos y colectivos de la zona. El problema surge cuando algunos empezaron a jugar al bingo. Ahora la Guerra Civil está abierta.
"La asociación de vecinos no quiere a los mayores del barrio, sólo le interesan las cosas de la cofradía", denuncia Ana Cotilla Márquez, vocal de la asociación pero contraria a la política de la directiva actual. Roberto López es el presidente y a su vez el hermano mayor de la pro-hermandad de la Encarnación de Dos Hermanas. Éste prefirió ayer no realizar declaraciones pero el secretario del colectivo vecinal -Juan A. González- dijo que el único problema que existe es con el bingo.
Casi medio centenar de vecinos defendían ayer en el propio centro municipal que "los juegos domésticos son legales" y denunciaron insultos de los dirigentes de la asociación de vecinos. "Nos han llamado viciosas", afirmaban algunas mujeres afectadas. González, por su parte, coincide que es funcionario de la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía y asegura que no se puede jugar ni un céntimo. "Está prohibido montar un bingo ilegal en un centro del Ayuntamiento de Málaga", matiza el secretario del citado colectivo vecinal, que tiene a una amplia mayoría del barrio en su contra. Julio Andrade, concejal de Carretera de Cádiz y del área de Participación Ciudadana, confía en que el problema se solucione de forma pacífica pero reconoce que no se puede apostar dinero en la instalación municipal. Para calmar los ánimos, incluso, el Consistorio ha contratado un vigilante privado para que garantice que estos conflictos no sigan a mayores.
Los vecinos parece que no están dispuestos a dar por perdida la batalla del bingo e iniciarán otras. "Queremos que la junta de gobierno dimita", decían ayer algunos. Además, según denuncia Josefa Segovia, una de las vecinas que asegura haber sido expulsada de la instalación municipal, la asociación ha cedido salones a la pro-hermandad del barrio y ningunea a las personas. "No veo mal que tengan su sitio, pero primero es tratar bien a los mayores".
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