Las bodas regresan con fuerza
Con la retirada de casi todas las medidas impuestas por la Covid-19, los enlaces matrimoniales se han disparado
Las empresas del sector aseguran estar recuperando las cifras de 2019
En 2019, en la provincia de Málaga hubo un total de 5.774 matrimonios. En 2020, con el inminente estallido de la pandemia causada por el Covid-19, esta cifra descendió considerablemente hasta los 3.250, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto se tradujo en grandes pérdidas para todos los sectores implicados en estas celebraciones, que comenzaron a remontar en 2021. Sin embargo, no terminaron de despegar debido a la persistencia de restricciones y el temor de novios e invitados a posibles rebrotes en estos eventos multitudinarios.
El 2022 ha comenzado con la retirada de casi todas las restricciones –incluida la obligatoriedad de mascarillas–, lo que ha supuesto que las bodas, tanto las aplazadas como las nuevas, regresen con fuerza.
Así lo confirman algunas organizadoras de bodas como Isabel Moreno, propietaria de la empresa Myseventos, quien asegura que “está habiendo un aumento considerable”, ya que “las parejas quieren celebrar ahora que no hay ningún tipo de medida relacionada con el Covid”. Tanto es así que no solo están recuperando las cifras de 2019, sino que se están incrementando. Ese año, la empresa de organización de eventos gestionó unas catorce bodas, frente a las veinte que prevén este año.
Una evolución, favorable, que también está viviendo Patricia Navarro, dueña de Arteboda. “El 2022 está siendo brutal”, manifiesta al tiempo que también reconoce que “se está recuperando un poco más que las cifras que tuvimos en 2019”. Y es que, aunque el año pasado ya comenzaron a activarse, casi todas eran nacionales, indica Navarro. Si bien, as bodas de ciudadanos extranjeros, que “son muy frecuentes en la Costa del Sol”, están ya volviendo de nuevo tras el cierre de fronteras que han experimentad algunos países o las trabas que ha puesto España con las zonas más afectadas por Covid en algunos momentos durante la pandemia.
Una de las problemáticas que acarrera esta ola de bodas es “el desbordamiento de los proveedores”. “No hay disponibilidad de nada y se está trabajando con mucha antelación porque hay falta de todo”, lamenta la propietaria de Arteboda. Además, apunta que lo que más están sufriendo es la falta de personal. “Es importante que la gente sepa que en este nicho sí hay trabajo y se necesita mucha mano de obra”, informa.
Otro de los factores que influyen en este “boom”, a juicio de esta wedding planner, es las ganas de festejar. “Se ha pasado muy mal y hay mucha ilusión de juntarnos con la familia y los amigos”. A consecuencia de esto, Navarro cuenta que las bodas han cambiado mucho y casi todos sus novios le piden “fiesta desde el minuto cero”. “Antes era el cóctel más liviano, el almuerzo o cena también y, después, la barra libre; ahora se empieza directamente con fiesta”, indica.
Patricia Navarro destaca “el movimiento económico” que el regreso de las bodas está produciendo en los diferentes sectores. “Yo les digo siempre a los novios que detrás de la preparación del mejor día de sus vidas hay más de 500 personas trabajando, y me quedo corta. Todo el dinero que se mueve en una boda hace que muchas empresas se beneficien”, expresa.
Los restaurantes, fincas y lugares donde se celebran los eventos nupciales también están experimentando el gran aumento. El director general de catering de Hacienda Nadales, Fernando Vela, explica que años anteriores todos los novios se casaban los sábados; mientras queahora se están celebrando muchos viernes e, incluso, los domingos. Unos días que antes eran inusuales y ni se barajaban.
La tienda de trajes de novio Mann Ceremonia está viviendo “algo inusual” en sus 22 años de historia, confiesa su dueña, Carmen López. “Nosotros no solo hemos superado las cifras prepandemia, sino que estamos haciendo récord de ventas, se han incrementado en torno a un 50 o 60%con respecto a 2019”, detalla.
Sin embargo, López señala que “hay un gran problema” de desabastecimiento. Cuenta que, al estar los telares prácticamente dos años parados, ahora con tanta boda, “no hay materia prima suficiente para fabricar todo lo que hace falta”. Por ello, cuenta que muchas empresas con las que trabajan han decidido parar este año sus ventas para poder ofrecerles la del siguiente.
Los bautizos y comuniones también están experimentando un crecimiento tras los años más duros de pandemia. Así lo confirma Gema Sánchez, propietaria de El Albero, tienda dedicada a trajes, sobre todo, de comunión. “Hubo muchas pérdidas y aún no se puede decir que hayamos recuperado el 2020, pero sí está viendo un aumento significativo de las ventas y están siendo similares a las de 2019”, manifiesta Sánchez.
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