medio ambiente | CAsi el 90% de la superficie provincial era forestal

Los bosques que hacen de Málaga una joya sin igual

  • La provincia cuenta con 37 tipos distintos de masas boscosas, la más amplia variedad de España

  • Su posición clave la convierten en un lugar privilegiado

Si hay algo por lo que a Málaga se le conoce internacionalmente es por su franja costera. Sus playas se han convertido en su principal seña de identidad y el atractivo por el que miles de turistas la visitan cada año. Lo que pocos saben es que la provincia también puede presumir de ser una joya ecológica que aglutina hasta 37 tipos distintos de bosques científicamente estudiados, lo que la convierten en la de mayor diversidad de España.

En cualquier otra provincia, lo normal es que la diversidad de bosques llegue a un máximo de catorce. Quizás el hecho de que muchos relacionen la imagen de un bosque a extensas masas de árboles, como ocurre en el norte del país o en otros puntos de Europa, han favorecido el hecho de que no se asocie la existencia de una diversidad de bosques tan excepcional con una provincia en la que la mano del hombre ha ido reduciendo drásticamente la superficie forestal. Pero a pesar de todo ello, su riqueza ambiental es incuestionable gracias a su ubicación en el centro de Andalucía y a la encrucijada mundial que supone su cercanía con el Estrecho de Gibraltar. A todo ello se suma el hecho que durante las glaciaciones que sufrió el planeta hace miles de años hubo una gran cantidad de especies que se quedaron en esta zona gracias a su clima cálido.

No es tanto la extensión que define lo que es un bosque. La condición imprescindible es más bien, según explicó el profesor titular de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga Andrés Vicente Pérez Latorre, que se trate de "una formación de árboles que se toquen las copas y que creen sombras en el interior, con las que se den unas condiciones distintas a las que hay fuera y con las que se genere un ecosistema propio capaz de modificar su propio ambiente".

Lo que diferencia a uno de otro es el tipo de árbol, de suelo, del clima y de altitud. También en esto último la provincia de Málaga es un lugar de características excepcionales para la gran diversidad que atesora, puesto que dispone de cuatro de los cinco pisos de vegetación distintos que hay en la Península ibérica. Y por si todo eso no fuera suficiente es, además, "una zona especialmente rica en minerales y de variedad de climas difícil de encontrar en un mismo territorio", contó el experto de la UMA.

Pinos, encinas, alcornoques, robles, pinsapos e incluso horajanzos. De todas estas especies se pueden encontrar bosques en la provincia. Por extensión los más importantes son los de pinos y los de encinas. Los primeros cuentan con una espesa masa arbórea en la Sierra de Tejera y Almijara, en la zona oriental de la provincia, y en Sierra Bermeja, justo en el otro extremo. Según Pérez Latorre, los bosques de pinos "están normalmente en los peores suelos ecológicamente hablando", es decir, en zonas rocosas, con mayor insolación, más expuestos al viento y al frío.

Los de encinas, en cambio, necesitan un tipo de suelo más profundo, si bien aguantan perfectamente los periodos de sequía. Es el llamado bosque mediterráneo y el mejor adaptado a las incendios forestales que tanto daño hacen en verano. Su mejor representación se encuentra en la Serranía de Ronda donde aún se conservan extensas masas de un bosque típicamente autóctono.

Se sabe también, aunque a día de hoy haya que recurrir a la imaginación para visualizarlo, que prácticamente toda la vega de Antequera era un enorme bosque de encinas "en una superficie ahora totalmente cultivada", dijo Pérez Latorre, que integra el equipo de investigación de bosques de la UMA al que también pertenecen los profesores de la UMA Baltasar Cabezudo y Noelia Hidalgo y el doctorando Manuel Pavón.

Le siguen en importancia los bosques de alcornoques, prácticamente relegados en Cortes de la Frontera en pleno parque natural de Los Alcornocales y en el Valle del Genal. Estos árboles se asientan sobre suelo siliceo, es decir, en el que no haya caliza, y precisan de una gran cantidad de agua, de ahí que se concentren en la zona más lluviosa de la provincia.

Pero si hay un tipo de bosque que hace de Málaga un lugar destacado en el mundo es el de pinsapo. Apenas quedan 4.000 hectáreas en todo el planeta de la que probablemente es la especie más emblemática de toda la provincia, pese a haber quedado reducida a una pequeña área de distribución en las sierras de las Nieves, Bermeja y Grazalema.

Es un árbol único al que los cambios en el clima, la acción del hombre y, sobre todo, los incendios forestales han puesto durante décadas en jaque a los últimos reductos de una especie endémica tan delicada que necesita unas condiciones muy concretas para poder desarrollarse.

Es una de las especies de refugiadas de la era de las glaciacionesa, aunque su origen se remonta a finales de la era Terciaria. El bosque de Sierra de las Nieves es el principal abanderado de esta especie y que le valdrán la catalogación de futuro parque nacional. Sin embargo, en Sierra Bermeja se encuentra el bosque de pinsapos más particular al estar sobre peridotitas, un tipo de rocas surgidas por los distintos estiramientos que ha sufrido la corteza terrestre a lo largo de la historia, y una de las razones por las que también aspira a ser incluida en el parque nacional.

También refugiados de las glaciaciones, los bosques de robles, según el profesor de Biología Vegetal de la UMA, son muy escasos en la provincia en la actualidad. Tanto que apenas se reducen a la zona de Sierra Tejeda al ser un árbol más típico del norte del país.

Pero para raro está el bosque de hojaranzo o rododendro, solamente localizado en Cortes de la Frontera, y que se trata de una especie relictica que ha conseguido mantenerse hasta la actualidad. "Es una especie típica del sur de la Península ibérica cuando había bosques tropicales al final de la Era Terciaria hace unos 65 millones de años", aclaró.

Hay otro tipo de bosque muy concreto que en la provincia puede encontrarse en cualquier arroyo o río permanente, como Guadalhorce, Guadiaro, Vélez o Genal. Son los conocidos como de ribera y el más particular es el de alisos, puesto que al tratarse de una especie atlántica de clima oceánica no pueden quedarse sin agua en ningún momento o desaparecen lo cual los relega únicamente a Cortes de la Frontera y algunos puntos del Valle del Genal.

Alrededor de un tercio de la superficie de la provincia está ocupada por estos bosques. Ahora queda por saber cuánto pudo haber antes de que la mano del hombre redujera su extensión. Se calcula que podría haber llegado al 90%, pero será gracias a un proyecto de investigación que lleva a cabo la UMA y la Universidad de Granada que se sepa con exactitud. Pérez Latorre explicó que se están analizando los carbones hallados en el subsuelo de la Serranía de Ronda como zona de estudio elegida y que datan de entre 2.000 y 3.000 años. Ya se perdió, aunque al menos se podrá saber lo que hubo.

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