Málaga

La búsqueda de pisos se convierte en una odisea para los estudiantes universitarios en Málaga

El alquiler de pisos para estudiantes en Málaga cuesta alrededor de 300 euros

El alquiler de pisos para estudiantes en Málaga cuesta alrededor de 300 euros / Javier Albiñana (Málaga)

El incipiente inicio del curso escolar hace que los estudiantes que se trasladan a Málaga comiencen a buscar piso. Los jóvenes que acaban de terminar bachillerato y van a comenzar un grado en septiembre o los que han terminado la carrera y han conseguido plaza en un máster son algunos de los que se adentran en el mundo inmobiliario para encontrar un apartamento en el que vivir durante el próximo curso.

A través de agencias inmobiliarias o portales web, estos jóvenes se ponen en contacto con los propietarios de los pisos que se están alquilando en Málaga. En este punto es donde surge el primer inconveniente, ya que la demanda es tal que las agencias aseguran que no cuentan pisos suficientes para todos los jóvenes que se ponen en contacto con ellos. Este problema también viene acompañado del coste del alquiler, porque su incremento interanual en Málaga ha sido del 20,5% según datos proporcionados por el portal web Fotocasa.

Este incremento ha afectado a las zonas más solicitadas por los estudiantes universitarios. Por un lado, están las barriadas más cercanas al Campus de Teatinos, donde el alquiler está a 10,58 euros el metro cuadrado en esa zona y en el Cónsul se encuentra a 11,56. En este sentido, en El Ejido el alquiler por metro cuadrado asciende a los 12,31 euros y en el Centro histórico supera los 14 euros.

Por ello, muchos estudiantes que llegan a Málaga se sorprenden al observar estos precios. Este es el caso de Ana Rodríguez, tiene 22 años, acaba de terminar el Grado de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Cádiz y el curso que viene comenzará el Máster en Dirección Estratégica e Innovación en Comunicación en la Universidad de Málaga. Lleva días buscando piso en la capital y asegura que “he estado viviendo en Cádiz cuatro años y los precios son mucho más elevados en Málaga. Yo pagaba entre 180 – 200 euros de alquiler y aquí se pone en unos 300 euros”.

En este sentido, Miguel, un estudiante de 18 años que llega a Málaga desde Granada el próximo curso para comenzar Periodismo, coincide con Ana en que los precios le han sorprendido porque “en Granada los pisos para estudiantes son muy baratos”. Su presupuesto máximo está en 350 euros y no sabe cuándo encontrará piso pronto, pero lo que tiene claro es que quiere trabajar para no depender de sus padres el próximo curso.

Dos jóvenes miran un panel con ofertas de pisos compartidos Dos jóvenes miran un panel con ofertas de pisos compartidos

Dos jóvenes miran un panel con ofertas de pisos compartidos / JUAN AYALA

Los pisos compartidos no son la única opción con la que cuentan los estudiantes, también pueden decantarse por una residencia. “Cuando vi los precios tan elevados de las habitaciones de los pisos en Málaga, llegué a plantearme el hecho de ir a una residencia”, admite Ana, que también apunta que va a continuar buscando una habitación porque al haber vivido en un piso compartido durante los últimos cuatro años, no quería perder “la comodidad y la libertad que da”.

En cuanto a la demanda, las inmobiliarias insisten en que hay más jóvenes que buscan piso para compartir, que habitaciones disponibles. Ángel Ramírez, trabajador de la Agencia Inmobiliaria Todo Piso, asegura que la mayoría de los estudiantes ya tienen sus pisos reservados, por lo que “ahora es más difícil alquilar”. Por otra parte, continúan llegando estudiantes, a los que les confirmaron en la última adjudicación de plazas que habían entrado en el grado o máster que querían. Así pues, Ramírez prevé que la demanda de pisos seguirá creciendo.

Los propietarios son cada vez más exigentes y piden una serie de requisitos que deben cumplir los jóvenes para vivir en sus propiedades. Ser limpio y ordenado, no fumar o tener ingresos mensuales son algunas de estas exigencias, pero hay muchas más. “Este año algunos propietarios solo querían niñas o solo querían niños en sus pisos. No es muy común, pero sí que se está viendo, quieren dividirlos por sexo, no quieren niños y niñas juntos”, sostiene Cecilia Miranda de Miranda Homes Gestión Inmobiliaria.

Los requisitos económicos también están a la orden del día a la hora de alquilar una habitación en la capital. Estos consisten en que los padres deben avalar al estudiante demostrando que tienen ingresos mensuales. En este sentido, Manuel Fernández, que va a comenzar el Máster en Asesoría Jurídica de Empresas en la UMA, insiste en que “cuando me vine aquí hace unos años los padres no tenían que demostrar los ingresos, solo avalar con una firma y ahora sí que tienen que hacerlo”.

Este sería el quinto año en Málaga de Fernández, el cual se traslada de la zona de El Ejido a Teatinos, para estar más cerca de la Facultad de Derecho y se ha sorprendido con los precios. “Yo empecé pagando 245 euros y este último año 280 más los gastos, pero en Teatinos, donde he preguntado suelen pedir a partir de 300 euros y hay que sumarle los gastos y el coste de la inmobiliaria”, admite.

Por otro lado, hay jóvenes que encuentran el piso, consiguen toda la información que el propietario del inmueble les solicita y de repente este les comunica que finalmente no va a alquilarles la habitación. Esto le ha sucedido a Laura Murcia, una chica de 18 años que va a comenzar el Grado en Estudios de Asia Oriental. Laura había encontrado un piso en el Centro de Málaga, lo iba a compartir con dos chicas más y la propietaria había dado el visto bueno. ¿Cuál es su sorpresa? De repente y sin ningún aviso previo, justo antes de enviar toda la documentación, "la propietaria nos ha dicho que prefería alquilarle el piso a otras chicas en vez de a nosotras". Por lo que, Murcia debe comenzar de nuevo a buscar otro apartamento en el que vivir el curso que viene.

El precio por habitación se encuentra en torno a unos 300 euros, aunque dependiendo de la zona puede ser mayor o menor. Para poder hacer frente al alquiler de un piso y la vida en una ciudad lejos de la familia, los jóvenes, en muchas ocasiones, deben pedir ayudas a sus padres para que les costeen el alquiler. Incluso los que son becados también recurren a sus familias.

Por otro lado, unas prácticas extracurriculares, un trabajo en verano o durante el curso son alternativas que les facilitan los ingresos necesarios a los jóvenes para poder pagar el alquiler. Este es el caso de Miriam Real que trabaja para poder costearse sus estudios de Higiene Bucodental y pagar el alquiler del piso, el cual comparte con tres personas más. “Durante el curso pasado trabajé en hostelería los fines de semana y este verano estoy trabajando en una residencia porque mis padres no pueden ayudarme”, sostiene.

El encontrar un piso en Málaga se está convirtiendo en una odisea para algunos jóvenes, pero pierden la esperanza y confían en dar con un alojamiento que se adapte a sus necesidades pronto, para comenzar con la mudanza e iniciar el curso 2022/2023 de forma tranquila.

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