La cabina urinario de la calle Compañía

Los vecinos del número 17 se quejan de las molestias que ocasiona un teléfono público al lado del edificio

el poco dinero que recauda es sustraído por quien pasa por la zona.
el poco dinero que recauda es sustraído por quien pasa por la zona.
Victoria R. Bayona / Málaga

05 de noviembre 2012 - 01:00

A la vez que se regalaba a la ciudad el Museo Thyssen, los vecinos del 17 de la calle Compañía recibían otro regalo que no gustó tanto, una cabina de teléfono a escasos metros del portal de entrada y con una separación mínima entre la fachada y la vía, una ubicación que les ha generado más de un dolor de cabeza. Un llamativo cartel en el inmueble avisa de la disconformidad de los vecinos.

El Palacio Villalón comenzó su transformación para convertirse en la pinacoteca de la baronesa, por lo que el teléfono público que se encontraba junto al edificio se mudó unos pocos números más arriba, en lo que en principio pensaron los vecinos que iba a ser una ubicación provisional mientras se desarrollaban los trabajos. Lleva ahí desde entonces, nunca ha vuelto a su lugar original, "ni siquiera cuando se hicieron los trabajos de pavimentación la movieron, a pesar de ser una oportunidad perfecta", denuncia Daniel Tirado, presidente del comunidad de vecinos de la calle Compañía, 17.

Poco más de un metro es la distancia que hay entre la cabina y el portal de entrada a las viviendas de este número, lo que impide que los vecinos tengan la suficiente visibilidad al salir a la calle. El presidente de la comunidad explica como "las personas mayores no quieren salir por la noche por si alguien las acecha escondido detrás". La escasa separación entre la fachada y el teléfono hace que éste tenga el uso añadido de urinario público durante el ocio nocturno del centro histórico y según denuncian los vecinos el poco dinero que se recauda, dado el escaso uso que tiene, acaba en manos ajenas a la compañía de teléfonos, porque los asaltos nocturnos son continuos.

Ante esta situación, la comunidad de vecinos del Edificio San Ignacio optó por ponerse en contacto con el Ayuntamiento de la ciudad para exponerle sus quejas, "que nos comunicó que no era competencia suya y nos remitió a Telefónica, ahora Movistar", comenta Tirado. Al trasladar la queja a la compañía, a través de un escrito, ésta les contestó a través del administrador de la propiedad que era "obligatorio tener una cabina en la zona, que así lo exige el Estado", concreta. "Nuestra única intención es que la muevan un poco, que no esté tan encima de la puerta de entrada del edificio", concluye el presidente de los vecinos.

Tras la poca atención recibida por parte de la Administración y de la compañía, el último recurso, que lleva ahí colgado más de dos años, fue elaborar un cartel para informar a todos los ciudadanos y turistas que pasan por la zona de los problemas que genera esta cabina. En él se puede leer: "No queremos esta cabina delante de este edificio". "Movistar ofende nuestra inteligencia al decir que el Estado le obliga a tener cabinas en las calle".

Fuentes de Telefónica (Movistar) explicaron al ser cuestionadas por este problema vecinal que a nivel general es el Ayuntamiento el que decide el lugar en el que se ubica la cabina, por lo que los vecinos deberían remitir sus quejas ante el área correspondiente, para que sea ésta quien le reclame, en caso de ser incorrecta, el cambio de ubicación.

Por su parte, el área de Urbanismo del Ayuntamiento se ha comprometido a estudiar el caso y la reclamación.

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