Málaga, ayer y hoy

La calle trinitaria de la que sólo perdura su recuerdo

  • Calle Zamorano: enclavada en pleno corazón de la Trinidad, era uno de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca popular y que permaneció inalterable durante siglos.

La calle Zamorano se extiende entre las vías Tiro y Carril en pleno barrio de la Trinidad. Su arquitectura era un buen ejemplo del conjunto del barrio, con edificaciones antiguas que responden a un modelo tipológico barroco popular, que permaneció inalterado durante siglos. Ahora hay que recurrir a la imaginación para lograr recrearla.

Fue a partir de los repartos de tierras urbanizables realizados en la época de los Reyes Católicos cuando se culminó la ocupación urbana de los antiguos arrabales musulmanes siguiendo esquemas ortogonales de calles rectas que se organizaban en torno a conventos como el de la Trinidad. Durante el siglo XIX el crecimiento demográfico de la ciudad propició que a las edificaciones existentes en torno a esas zonas se les agregaran crujías hasta colmatar las parcelas, a costa de los primitivos corrales y huertas, y las alturas de los inmuebles se fueron igualando hasta dos o tres plantas "generando paisajes urbanos de una clara homogeneidad este barrio", contó el historiador Víctor Heredia.

La fuerte densificación de este barrio, que llegó a duplicar su población en las décadas centrales del siglo XIX sin modificar su extensión, fue absorbida por la adaptación de los inmuebles. Según Heredia, "este cambio de modelo arquitectónico se tradujo en la sustitución de las predominantes viviendas unifamiliares por otras plurifamiliares, las casas de vecinos y los corralones". Estos últimos se convirtieron en lugares de habitación de buena parte de las clases trabajadoras más humildes.

Una estampa típica de esta calle es la que representa el grupo de mujeres y niños que aparecen en la imagen mientras pasan la tarde en las puertas de sus casas a principios de la década de 1940, época caracterizada por la miseria y el hambre. En barrios populares como el de la Trinidad, habitado por gente humilde, se añadían otras circunstancias especialmente trágicas, como el hecho de que muchos de sus moradores hubieran sido ejecutados o estuvieran en prisión por la represión política.

En las últimas décadas, este conjunto que había llegado prácticamente intacto desde épocas anteriores ha desaparecido en una gran parte.

El pasado industrial

El barrio de la Trinidad, que se extendía desde los alrededores de calle Mármoles hasta Martiricos y al convento de la Trinidad, se caracterizaba por el predominio de industrias alimenticias de chocolates, pastas y harinas, y las alfarerías, ya que era un barrio muy cercano y relacionado con el campo. Este sector incluíalas pequeñas industrias de tejas y ladrillos, vasijería y loza del Camino de Antequera, Suárez y Arroyo de los Ángeles.

Importante cambio

El barrio tuvo un desarrollo urbanístico de escasa intensidad en el siglo XIX, a pesar de que en su periferia se levantó uno de los equipamientos más importantes de la época, el Hospital Civil (1869). Entre la calle Trinidad y la calle del Hospital quedaron unas huertas sin urbanizar que fueron ocupadas ya a principios del siglo XX.

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