Dar visibilidad a la figura de la mujer dentro del mundo de la investigación, este es el objetivo que tienen los premios ‘Doctora de Alcalá’ a la excelencia investigadora. Gloria Corpas fue una de las premiadas y es catedrática del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga.

Corpas es la investigadora principal del grupo Lexytrad, desde hace 25 años. En este equipo de investigación se ocupan de “desarrollar herramientas tecnológicas de proceso del lenguaje natural, multilingüe”. Con este tipo de herramientas buscan “ayudar al traductor” y además, también desarrollan “diccionarios de nueva generación”, es decir,  “diccionarios inteligentes que consiguen buscar el equivalente fuera del diccionario o hacen lexicografía de última generación”. Esta labor la llevan realizando desde hace varios años puesto que “para poder comunicarse en distintos idiomas, independientemente de la lengua de acceso, es necesario programar y procesar el lenguaje para que la máquina lo entienda”.

Para poder lograr que una máquina procese el lenguaje natural, trabajan también “con inteligencia artificial, con redes neuronales que de alguna forma imitan como el cerebro humano procesa el lenguaje y la información”. Asimismo, el último proyecto que terminó el grupo Lexytrad consiste en “automatizar el triaje para las urgencias en inglés, español y árabe”, el cual, según Gloria Corpas, están probando en el Hospital Costa del Sol.

Gloria Corpas trabajando en 'Lexytrad'.

De este modo, la catedrática de la UMA también fue la creadora, en el año 2010, de la patente NCor, que, actualmente, es una de las más demandadas de la Universidad de Málaga. Corpas asegura que esta es “un algoritmo matemático que sirve de base a un programa que permite decidir cuando el corpus que se está compilando es adecuado”.

Por otro lado, esta investigadora también es la directora del Instituto Universitario de Tecnologías Lingüísticas Multilingües (IUTLM). En este centro, cuya sede se encuentra en el Málaga TechPark, buscan “ir creando actividades en la línea de la transición digital”. Su idea principal es “promover las competencias tecnológicas y digitales y la sinergia entre la tecnología y otras ramas que están muy conectadas como la tecnología y las humanidades, las ciencias jurídicas o las ramas de ciencias”.

En cuanto al galardón ‘Doctora de Alcalá’, Gloria señala que no se lo esperaba. Asimismo, insiste en que se presentó a estos premios porque considera que “ya era hora de que se considerara el trabajo de las mujeres de mi generación”.

“Nosotras hemos trabajado muy duro, sin conciliación familiar, no hemos tenido ayuda de nadie y hemos trabajado para que las mujeres de hoy día tengan su conciliación familiar, tengan su reconocimiento”, remarca la investigadora.

En este punto, incide en que “a las mujeres de letras no se nos considera investigadoras de primera fila”, y que además, a su juicio, las humanidades tampoco tienen el reconocimiento que se merecen dentro del mundo de la investigación. Así pues, con estos premios se les da visibilidad al trabajo que realizan las mujeres investigadoras y también, según Corpas, a las mujeres que la han precedido, porque considera que ella ha llegado hasta este punto "gracias al trabajo de las madres y de las abuelas invisibles que nadie las reconoce y han realizado un trabajo silencioso y duro para que las mujeres de mi generación pudiéramos estudiar”.

Los premios ‘Doctora de Alcalá’, buscan reconocer la investigación de excelencia entre las mujeres y dar visibilidad al trabajo desarrollado por este colectivo en el ámbito nacional. Por ello, Corpas no ha sido la única mujer premiada, junto a ella se llevaron también el premio Guadalupe Sabio, Mercedes Bernardo y María José Alonso, el cual está patrocinado por el laboratorio Cantabria Labs y están dotados con 20.000 euros.

Tras recibir este premio, Gloria Corpas continuará desarrollando los cuatro proyectos que tiene en vigor, avanzará en los trabajos que realiza de traducción especializada, interpretación y tecnología y también intentará “sobrevivir al maremágnum y a la locura diaria que es trabajar en Lexytrad”.