Málaga

A la caza de un alojamiento barato

  • El alquiler de viviendas se sitúa un año más como la opción preferida por los universitarios

A falta de un mes escaso para el comienzo del curso académico, muchos de los jóvenes universitarios matriculados en la Universidad de Málaga, UMA, aún buscan alojamiento. Los nervios por la falta de tiempo se apoderan de ellos, que, junto a la escalada de los precios, convierten este problema en un verdadero quebradero de cabeza para los estudiantes.

Bien lo sabe Cristina Domínguez, estudiante de cuarto de Psicología, quien tras haber vivido durante los dos primeros años de carrera en una residencia universitaria, este año ha vuelto a optar por un piso compartido, aunque la búsqueda del mismo, que comenzó a principios del mes de junio, se prolongase hasta el pasado martes 22 de agosto, cuando por fin encontró alojamiento. "Este año ha sido más complicado encontrar piso. Se han inflado los precios, se han aprovechado", admite. Al igual le ocurre a Helena Cáceres, también del grado de Psicología, quien tras consultar diversas webs, finalmente encontró piso a través de un grupo de Facebook tras casi tres meses de búsqueda. Durante sus dos primeros años también se alojó en la residencia universitaria Alberto Jiménez Fraud.

Asimismo, Cristina afirma que para el primer año la mejor opción es una residencia, ya que es "más sencillo y barato", además que "conoces gente de otras carreras". No obstante, señala que, a pesar de suponer mayor gasto, en el piso disfruta de mejores condiciones, a lo que añade que tiene más intimidad.

En esta misma línea se muestra Virginia Jaenal, una joven de Torre del Mar que este curso comienza tercero del grado de Matemáticas, cuya estancia el primer año de carrera en una residencia no fue precisamente buena. "El ambiente era un caos, era imposible estudiar" apostilla Jaenal, quien considera que cambiar la residencia por un piso compartido junto a un chico y una chica fue la mejor decisión. Además, desde finales del pasado curso renovó un año más el contrato del piso, por lo que la problemática de la falta de pisos o los excesivos precios no le han afectado.

Otra de las universitarias más previsora es Beatriz Encinas, alumna del doble grado de Administración y Dirección de Empresas, quien a mediados del pasado mes de junio ya tenía piso para este próximo curso. No obstante, dado la localización de su carrera, en el campus de El Ejido, se encuentra ante un doble problema: altos precios y la escasez, aún mayor en esta zona, de pisos acorde a las necesidades estudiantiles. "La dificultad en El Ejido es que hay pocos pisos y son antiguos y este año han subido el precio del alquiler", afirma Beatriz, cuyo alquiler el pasado curso era de 183 euros, ascendiendo este año a 200 euros mensuales.

Una de las residencias más conocidas se trata de Alfil, situada a 300 metros del campus de Teatinos. Alejandra Márquez, personal de administración de esta empresa, indica que a día de hoy las reservas de habitaciones para el próximo curso es del 100% tanto en la residencia como en los pisos de los que disponen. Aunque sus clientes son muy heterogéneos, Márquez afirma que "normalmente los estudiantes de primero son los que optan por la residencia", para una mayor "tranquilidad de sus padres", ya que tanto la limpieza de las habitaciones como las comidas se incluyen en el precio. Además, cuentan con servicios como recepción permanente y salas de estudio.

Laura Martín es una de las personas que se decanta por la segunda opción, los pisos de residencia. Esta estudiante de tercero de Ingeniería de Diseño Industrial prefiere este tipo de alojamiento ya que disfruta de las ventajas de las residencias -limpieza, pensión completa o internet, entre otros-, pero sin las normas de estos complejos. "Una residencia me cohibe más", afirma.

Por su parte, a pesar de ser este su primer año en la UMA, Isabel Barranco no se planteó una residencia, aunque sí admite que la búsqueda fue complicada y tensa. "Miraba por internet todos los días y a todas horas", señala esta almeriense del municipio de Sorbas. "Es difícil encontrar un piso que esté bien de precio", apostilla Isabel, quien en apenas unas cuantas semanas comenzará primero de Periodismo.

Asimismo, otra vía para la búsqueda de pisos son las propias inmobiliarias. A ellas recurrió Antonio Toro, de tercero de Ingeniería Informática, tras más de un mes y medio consultando diversas webs y portales. No obstante, asegura que al ser chico ha tenido muchas menos posibilidades. "La mayoría de caseros buscan para sus pisos chicas y que no sean fumadoras", señala con resignación.

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