Medio Ambiente

A la caza del mosquito tigre

  • El Ayuntamiento de Málaga plantea colocar trampas en los puntos más conflictivos para determinar la densidad de la población del insecto.

La alerta creada en torno a la presencia del mosquito tigre en Málaga ha hecho que el Ayuntamiento de Málaga mueva ficha y que plantee ir a la caza de este insecto para saber exactamente la envergadura de la plaga a la que se enfrenta. La idea es colocar trampas en los puntos más conflictivos, como las zonas de Guadalmar y Parque Litoral, y determinar con rigor la densidad de la población de esta especie antes de que siga cundiendo el pánico entre la población.

Y es que en realidad hasta el momento no existe ningún estudio que avale a ciencia cierta el grado de expansión del temido mosquito en la capital. Lo reconoció ayer el propio director general de Medio Ambiente del Consistorio malagueño, Luis Medina, quien dijo que "no tenemos clara la incidencia real del insecto", aunque señaló que "suponemos que se trata del mosquito tigre porque están produciendo picaduras durante el día y son dolorosas".

Pero los técnicos de la empresa Athisa Medio Ambiente, a la que el Área de Sostenibilidad Medioambiental tiene encomendada la tarea de controlar las plagas en la ciudad, sí pudieron comprobar el pasado otoño la presencia de esta especie en la capital, especialmente en las zonas donde ahora se están concentrando de nuevo los avisos.

Fue a finales de septiembre, tras las intensas lluvias que se produjeron a principios de ese mes, cuando lo detectaron por primera vez en Málaga. "Hasta ese momento nunca nos habíamos encontrado con un mosquito tigre", explicó a este periódico uno de los técnicos de esta empresa encargados del control de los mosquitos durante una visita rutinaria a la zona de Guadalmar, donde se han concentrado gran parte de los avisos en las tres últimas semanas.

Aunque lo cierto es que, según explicaron, si bien en otoño pasado sí detectaron más casos de mosquito tigre, en esta ocasión no está siendo tan evidente y hasta la fecha la presencia de este insecto "representa un porcentaje pequeño en comparación con la especie de mosquito más común que cría en Málaga".

Eso no significa, señalaron estos expertos, que no haya. "Si ha llegado a Málaga ya es muy difícil erradicarlo", aunque dejaron claro que hay "un control bastante aceptable de la plaga" y que de momento no está justificada la alarma creada en torno a este insecto.

No obstante, los controles se han incrementado en estas últimas semanas y en los puntos más calientes como el entorno del río Guadalhorce se hacen visitas cada dos semanas, si no hay un aviso concreto antes, para revisar toda la red de alcantarillado y los canales laterales del río que vierten las aguas pluviales al mar y aplicar el tratamiento pertinente para atacar a las larvas.

Sus herramientas son simples. Un cazo con el que remueven el agua y cogen una muestran para comprobar la presencia de larvas y un insecticida en forma de pastillas efervescentes que aplican en el agua para inhibe la quitina de éstas para que no se puedan desarrollar.

Es la forma más efectiva para atacar al mosquito, no solamente al tigre, sino a las especies más comunes en Málaga y que también se han desarrollado este año con gran facilidad debido a las lluvias caídas en mayo. Pero los técnicos de Athisa aseguraron que precisamente el mosquito tigre puede reproducirse en pequeñas cantidades de agua, por lo que el problema excede a la labor que realizan en el ámbito público.

Hasta donde pueden llegar revisan todo lo que contenga agua estancada y donde el mosquito puede encontrar unas condiciones idóneas para reproducirse. Pero no tienen constancia de lo que puede haber en el paraje natural de la desembocadura del río Guadalhorce, donde el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía prevén definir técnicamente un plan de actuación si fuera necesario una vez que el biólogo de la Diputación de Huelva al que se ha pedido colaboración visite la zona previsiblemente la semana que viene.

La campaña contra los mosquitos se prevé larga este año. En abril los técnicos de esta empresa ya empezaron los tratamientos como cada año, pero este año ha llovido mucho en mayo y eso garantiza agua para una larga temporada. Caldo de cultivo perfecto para los mosquitos que hizo, junto a las altas temperaturas, que el año pasado se alargara la campaña hasta diciembre, dos meses más de lo normal.

La ruta de la A-7 seguida por el insecto

El Aedes albopictus parece que ha seguido la ruta de la autovía A-7 para expandirse por el litoral este español hasta llegar a la provincia de Málaga. La detección de este insecto en la zona de Levante y Murcia fue el primer paso que hizo sospechar a los expertos que su contención no iba a resultar fácil debido a la facilidad de movilidad que encontró en el tráfico terrestre. El plan de vigilancia nacional puesto en marcha por el Ministerio de Sanidad para controlar al mosquito tigre puso especial hincapié en aquellas zonas a donde se preveía que pudiera dirigirse y el año pasado se confirmó que había llegado ya hasta Cádiz. Los investigadores están convencidos de que su desplazamiento hacia Andalucía "ha sido mediado por el ser humano mediante la entrada de adultos en vehículos o el transporte de sus huevos, larvas o pupas en mercancías"

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