Un celíaco gasta de 800 a 1.200 euros más al año en la comida

Ser celíaco implica gastarse entre 800 y 1.200 euros anuales más en la comida. Porque los productos sin gluten son más caros que los normales. Así que la Asociación de Celíacos de Málaga (Acema) estima que la reducción fiscal de 100 euros anunciada por la Junta de Andalucía para estas personas se queda corta. No obstante, su presidente, Rafael Galán, la aplaude, valora y califica de positiva. El anuncio de Juanma Moreno es una nueva deducción autonómica en el IRPF de 100 euros a aquellos contribuyentes que padezcan celiaquía. Entrará en vigor en 2026. “La deducción no solucionará el problema económico, pero es importantísima porque es un primer paso. Es el reconocimiento institucional del problema y aunque no lo soluciona, reconoce que llevábamos razón”, argumenta.

Su hijo padece celiaquía. Dice que en los últimos años se ha avanzado porque antes “o no había productos sin gluten o eran carísimos”. Así que él tenía que amasarlos. Ahora los compra, porque hay más oferta.

Entre los avances, el presidente de Acema valora una cierta reducción de los precios, el reconocimiento institucional del problema de los celíacos, la mayor red de restaurantes y establecimientos que tienen menús o productos sin gluten y que los diagnósticos suelen llegar más rápido que años atrás.

Pero advierte que hay cosas que mejorar. Como ejemplo, pone que “en el tren, el barco o el avión, los menús no están adaptados”. Y que, en muchas ocasiones, “los celíacos tienen que ir con su comida en la mochila”. Para que se dimensione el problema precisa que si comen “el equivalente a un granito de arena de harina con gluten en una ración, ya se han pasado”. La celiaquía no es una intolerancia sino una enfermedad autoinume sistémica.

El gluten inflama el intestino delgado y sus vellosidades desaparecen. De modo que no se absorben los nutrientes. “Aunque ingieras alimento, es como si no comieras”, explica Galán. Otro efecto habitual son las diarreas. Pero aclara que los síntomas varían según las personas. “Es una enfermedad autoinmune y el sistema se vuelve loco. Puede desencadenar abortos de repetición, problemas neurológicos, hepáticos o renales”, detalla. No hay datos oficiales, pero se estima que en la provincia de Málaga hay entre 12.000 y 15.000 celíacos.

El presidente de Acema relata que el problema no es solo económico. “Comer es un acto social, pero el celíaco no siempre tiene la certeza de qué come cuando está fuera de su casa”, advierte. Por eso valora la importancia de los acuerdos entre instituciones y establecimientos de hostelería para certificar los locales en los que puede comerse con seguridad menús sin gluten, a la vez que destaca la trascendencia de los controles para que los etiquetados sean los correctos. En la actualidad, no existe tratamiento para la enfermedad. El único remedio es cerrar la boca al gluten y tener la seguridad de que todo lo que se ingiere está libre de esta proteína típica de cereales como el trigo, el centeno y algunas avenas, entre otros. Pero esta certeza no siempre se tiene cuando se come fuera de casa.

Respecto a los diagnósticos, cuenta que ahora tardan menos porque hay más conocimiento y sensibilidad. Pero puntualiza que es más rápido en los niños porque suele haber síntomas más parecidos, como abdomen hinchado y diarreas. En los adultos, en cambio, es más difícil porque son mucho más diversos.

El panadero que todo lo hace sin gluten

Hace tiempo que Alberto Sobrino comprendió que los celíacos no lo tenían nada fácil a la hora de comer y que les resultaba difícil conseguir pan y bollería apta para ellos. Así que decidió montar un obrador en el que todo se hiciera sin gluten. “Llevo nueve años y no me va mal porque hay demanda. Empecé solo y tengo nueve trabajadores”, explica el propietario de El Pastelero Real, una panadería ubicada en un pasaje entre las calles Cuarteles y Salitre, en el centro de Málaga. Su mayor demanda proviene de consumidores a título personal que le hacen encargos y se aprovisionan para congelar. Pero también de restaurantes y hamburgueserías a los que abastece. Dos días a la semana hace reparto a estos establecimientos distribuidos por Málaga, Torremolinos, Fuengirola, Benalmádena y Alhaurín de la Torre. A diario, en su obrador entre 20 y 30 kilos de harina sin gluten se transforman en pan, pasteles, pizzas, empanadas, saladitos y hasta dulces árabes. Así obtiene unos 400 bollos que vende a casi un centenar de clientes que acuden a diario a su local. Las jornadas de reparto a los establecimientos de hostelería, procesan unos 50 kilos. Además de la panadería-pastelería del Pasaje San Fernando, cuenta con una cafetería en la calle Babel, también en la capital, en la que sirve bollería, pasteles, dulces árabes y hasta churros. Todo sin gluten.

Pacientes que hacen dietas por otras patologías también piden la deducción

Tras conocer la deducción de 100 euros en el IRPF anunciada por el presidente andaluz, otros colectivos que también tienen que hacer dieta para mantener controlada su enfermedad han solicitado que la medida se amplíe a más patologías. La Asociación de Fenilcetonuria y otros Trastornos Metabólicos de Andalucía Oriental (Aspyo) enarbola la reivindicación. Su presidenta, Lidia Maljarenko, argumenta: "Es injusto, por qué los celíacos sí y nosotros no, cuando los productos que consumen nuestros hijos triplican el precio de los que comen los celíacos". Recordó que los pacientes con esta dolencia tienen que llevar una dieta sin gluten y baja en proteínas. Explicó que hay enfermedades metabólicas o hepáticas en la que la dieta es estricta, restrictiva y cara. Por eso concluyó: "No sé por qué no se los incluye, esa reducción debería amplirse".