Los 'chanquetes' de la natación
Inacua ofrece cursos para niños a partir de los cuatro meses, aunque antes se debe consultar al pediatra · Los padres son claves para que sus hijos se adecuen al agua
A partir de los 4 años es cuando los niños suelen aprender a nadar. Normalmente, no les supone un gran desafío, sobre todo, si se tiene en cuenta que Málaga dispone de costa y, por tanto, desde pequeños se habitúan al agua. Sin embargo, aquellos niños que acuden a la piscina desde edades más tempranas consiguen desenvolverse antes y tener una mayor autonomía.
El centro deportivo Inacua -situado en la calle Marilyn Monroe, junto al Palacio de los Deportes Martín Carpena- ofrece clases de natación para niños menores de 4 años, aunque el objetivo no es enseñarles a nadar sino "que empiecen a adecuarse al agua, aunque de forma conjunta con los padres", aseguró Alfonso Wucherpfennig, coordinador de los programas acuáticos de Inacua. "En estos cursos no se busca la independencia del niño en el agua, sino reforzar el lazo de unión con los padres", añadió.
A los cuatro meses -siempre que se haya consultado previamente con el pediatra, pues los pequeños deben tener el sistema inmunológico bien desarrollado- los niños ya pueden participar. Aquellos que se sitúen entre la edad mínima y los veinticuatro meses -los denominados chanquetitos- acudirán a la llamada matronatación, que se desarrolla en una piscina con una temperatura de 32 grados y en grupos de no más de 10 niños. "A estas edades se les enseña a flotar, salpicar, hacer burbujas, introducir la cabeza debajo del agua o desplazarse por el bordillo", explicó Irene Jiménez, monitora de natación del centro.
En el siguiente nivel -con una temperatura de 28 grados y no más de 16 niños-, los pequeños de entre 2 y 3 años son conocidos como calamaritos y realizan ejercicios de familiarización de cara a cuando empiecen a nadar, aunque "siempre de forma jugada", indicó Jiménez. "Yo soy la monitora fuera del agua, pero el monitor directo es el papá", añadió. Ella, que indica a los padres cómo coger a los niños y explica los ejercicios que se han de realizar, consigue que éstos "vean cómo progresan sus hijos; algo muy satisfactorio para ellos", afirmó Wucherpfennig.
La clases, que sólo duran media hora para que los niños no se cansen, les ayudan a "perder el miedo al agua", explicó Natalia Bisheimer, que acude con su hijo Bruno de dos años. "Quien pueda venir que lo haga, porque supone un contacto con tu hijo increíble", añadió. Para Vanesa González, ir con su hija Paula a este curso, le permite "hacer una actividad conjunta con ella, más allá del día a día" . "Cuando trabajas tienes poco tiempo para ellos, por eso es muy bonito poder compartir este ratito", explicó María José Ruiz, que acude con su hija Irene de 20 meses.
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