Otra chapuza para el riego del Guadalhorce
agricultura | la red se cronstruyó en los AÑOS 60 y no ha sufrido ninguna mejora
La Junta encarga una obra para el cubrimiento de parte del canal secundario por razones de seguridad, pero los regantes critican que hay fugas y que no sirve para regar a presión

Desde que los 300 kilómetros de canales que forman la red de riego de ambas márgenes del río Guadalhorce fueron puestos en funcionamiento en 1966, pocos arreglos han sufrido unos canales obsoletos, rotos en numerosos tramos y parcheados una y mil veces cuando han sufrido alguna avería. Ahora, cuando la Junta de Andalucía por fin ha decidido invertir por razones de seguridad para cubrir algunos tramos en la margen izquierda, que aún discurren a cielo abierto en la gran mayoría, resulta que los agricultores se han puesto en pie de guerra por considerar que ni el material empleado ni la forma de hacerlo sirven de nada para la futura modernización del sistema que se le exige y critican que es "un dinero tirado".
Ya han pedido la paralización de esta obra con la esperanza de que se replantee. Aunque el proyecto ya se terminó en una primera fase realizada hace más de dos años, es ahora cuando los regantes han puesto el grito en el cielo al comprobar que no se trataba de una actuación puntual y que desde hace meses se está actuando en un tramo de siete kilómetros, en los que se ha entubado el canal secundario con bloques de hormigón por los que se están produciendo fugas.
Los regantes no entienden cómo se ha redactado y ejecutado un proyecto de mejora y seguridad del canal de riego sin contar con su participación que son los que verdaderamente conocen sus necesidades. Por el contrario, denuncian que ni siquiera se les informó del comienzo ni se le ha proporcionado detalles del proyecto.
Pero al margen de la poca información recibida, lo que denuncia la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema) es de la inutilidad de lo que se está haciendo. En primer lugar, explicó el secretario del colectivo, Juan Antonio Aguilar, por el tipo de material que se está usando. Enormes tuberías de hormigón tipo unión de campaña "que no es válida para que los agricultores puedan regar por presión", pese a que dijo que "la Junta de Andalucía para hacer cumplir la directiva europea exige que los riegos por láminas o inundación deben desaparecer y tenemos que implantar el riego por goteo para ahorrar agua".
La incongruencia de esta obra es que los regantes seguirán recibiendo el agua por lámina y seguirán teniendo un coste energético elevado debido a las bombas que les permiten impulsar el agua para poder regar a presión como requieren sus sistemas de riego modernizados. Por ello, creen que se ha perdido una oportunidad porque la mayoría han hecho una importante inversión para adaptarse a las nuevas exigencias legales, mientras que después de tanto tiempo esperando una mejora en el sistema esta obra no les servirá de nada porque tendrán que seguir impulsando el agua allá donde no haya desnivel suficiente para llevarla desde los canales secundarios de riego hasta las acequias de las propias comunidades de regantes.
Aprema presentó el lunes un escrito ante la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio denunciando que la obra está mal realizada porque el montaje de la tubería es defectuoso y tiene pérdidas por las uniones entre los tubos y en las acometidas de las arquetas. Además, al ser de hormigón, los regantes estiman que favorecerá que se deposite más barro en su interior con el tiempo que si fuera de plástico, lo que complicaría y encarecería su limpieza en un futuro.
Este periódico pudo comprobar en un recorrido por la zona cómo el agua se filtra en algunos puntos debido a la mala conexión de los tubos colocados y cómo incluso en los tramos ya tapados en la anterior fase llevada a cabo hace tres años las continuas fugas han ocasionado problemas en los caminos por los que discurre. Es lo que ha ocurrido en la zona de Barranca del Ciprés donde Salvador González, propietario de la empresa Elecampa y vecino de ese punto, denuncia que "el canal va filtrando agua todo el día y rezuma a la superficie hasta que se forman unos socavones que hacen imposible el paso". Tanto es así aseguró que hace apenas unos días el Ayuntamiento de la capital tuvo que acondicionar el camino porque el camino estaba impracticable.
Es lo que teme José Antonio Arenas, secretario de la comunidad de regantes de Barranca del Ciprés, que ocurra también con los nuevos tramos en los que se está trabajando ahora y denunció, además, que se ha demolido el antiguo canal para instalar los nuevos tubos "que servían para evitar deslizamientos del terreno y encima en muchos puntos se han dejado los escombros amontonados sin retirar".
Antonio Jiménez, el presidente de la comunidad de regantes AG-48 Campanillas, no fue mucho más benévolo con la obra que la Junta de Andalucía está llevando a cabo y dijo no entender "cómo han hecho una cosa que no sirve absolutamente para nada".
Ante la situación denunciada, la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, que aclaró que la instalación de las tuberías de hormigón en varios tramos del canal secundario de la margen izquierda de la zona regable del Guadalhorce se ha hecho dentro del proyecto de mejora de las condiciones y elementos de seguridad en las infraestructuras de los sistemas de explotación Guadalhorce-Limonero y Viñuela que "como su nombre indica no es un proyecto de modernización de riegos". No aclaró lo que ha costado.
Según informaron desde la Delegación, el proyecto se ha llevado a cabo "por la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad, tanto frente al personal de explotación como a terceros y en general a la ciudadanía". Así, indicaron que los puntos sobre los que se ha actuado correspondían a tramos que discurrían de forma paralela a caminos con un tránsito de vehículos y personas muy importante habida cuenta de la cercanía a núcleos urbanos (El Sexmo, Entorno de Cártama Estación) o instalaciones como las de la empresa de maquinaria pesada Caterpillar.
Sin embargo, reconocen que "es cierto que, una vez puesta en funcionamiento la nueva conducción en los riegos que se dieron en enero de este año, se pudo comprobar la existencia de fugas en la tubería". En estas condiciones, y antes de proceder a la recepción de las obras, la Junta ha requerido a la empresa encargada de los trabajos para que realice las reparaciones necesarias, lo que está realizando actualmente.
La Delegación Territorial de Medio Ambiente asegura que la conversión de la red de riego del Guadalhorce en una red de conducción a presión "requiere de un proyecto complejo y muy costoso que no puede plantearse como una suma de pequeñas actuaciones".
Pero es tan lamentable el estado del arcaico sistema de riego del Guadalhorce que se calcula que hay tramos donde se pierde más del 60% del agua que se envía desde los pantanos del Guadalhorce, aparte de las zonas a donde ni siquiera llega ese agua por el deterioro absoluto de la red. Las malas condiciones de la mayoría de estas canalizaciones hace que haya tramos tan defectuosos que de los 200 litros de agua por segundo que parte el canal desde la cabecera de los pantanos al cabo de unos kilómetros apenas transporten unos 60.
El mal estado del sistema también afecta al propio abastecimiento de Málaga y otros pueblos de la zona al compartir el mismo canal principal que transporta el agua desde los pantanos. La Empresa Municipal de Aguas (Emasa) de la capital lleva años exigiendo que se recubra para que el agua no discurra a cielo abierto por el riesgo que se implica para el abastecimiento.
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