La cirugía estética más íntima

Sociedad Intervenciones quirúrgicas en auge

Ya se hacen en Málaga reconstrucción del himen, estrechamiento de vagina y, en los hombres, liposucción del pubis

Una mujer se somete a una revisión ginecológica.
Una mujer se somete a una revisión ginecológica.
Leonor García / Málaga

09 de marzo 2008 - 01:00

Cada vez exhibimos el cuerpo con menos pudor. En la playa, en el gimnasio o donde sea. Hay personas que asumen estos cambios sociales con naturalidad, pero a otras les pesan más las comparaciones. Es lo que se conoce como el síndrome del vestuario.

A esto achacan los expertos el auge de la llamada cirugía estética genital o cirugía íntima. Son intervenciones que se realizan por cuestiones meramente de apariencia física y que incluyen desde el retoque de los labios de la vagina hasta el alargamiento del pene. Dentro de esta cirugía, hay otras operaciones que ya no obedecen a una razón estética sino cultural -como la reconstrucción del himen- o que pretenden recuperar la lozanía de la juventud para un mayor disfrute sexual -como el estrechamiento de la vagina-.

Estas intervenciones ya se están realizando en Málaga. Las llevan a cabo cirujanos plásticos, ginecólogos o equipos mixtos. Se hacen con tanta reserva que muchos facultativos ni siquiera saben que existen. No obstante, algunos especialistas reconocen que se realizan y que van en aumento.

El presidente de la Sociedad Andaluza de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Sacpre), Jesús Torres, asegura que la tendencia comenzó hace más de cinco años: "Es producto del síndrome del vestuario. Quieren estar guapas hasta de esa parte del cuerpo". El hecho de que la cirugía estética sea cada vez más segura y asequible favorece la demanda. Las intervenciones oscilan entre los 3.000 y los 6.000 euros. Todas se realizan por la sanidad privada, por lo que el precio varía según cada profesional.

Hay mujeres que piden una reducción de los labios mayores de la vagina. Otras, un aumento de los labios menores. Algunas demandan incluso un estrechamiento de la vagina. Esta operación se realiza en mujeres de 40 ó 50 años para tensar los músculos aflojados por los partos o la edad. Las pacientes que la piden se quejan de que, tanto ellas como sus parejas, sienten menos durante las relaciones sexuales. El objetivo de la intervención es que la vagina quede menos distendida y al producirse la penetración, el placer sea mayor al haber más roce. El vocal de la Sociedad Andaluza de Ginecología (SAGO) en Málaga, Fermín Criado, no se muestra a favor de estas operaciones: "Toda cirugía deja una cicatriz y si la paciente tiene la desgracia de hacer una mala cicatriz, se puede crear un punto más de disfunción sexual". Los cirujanos plásticos destacan la alta seguridad de las intervenciones estéticas, aunque siempre advierten que meterse en un quirófano "no es como ir a la peluquería".

Como en el resto de la cirugía estética, la demanda es mayoritariamente femenina. Pero los hombres también se han subido al carro de la cirugía íntima. Los más arriesgados se hacen alargamiento o engrosamiento de pene. Antonio Martín Morales, responsable de la Unidad de Medicina Sexual del Carlos Haya, no es partidario de estas intervenciones. Este urólogo sostiene que la abrumadora mayoría de hombres que están descontentos con su miembro viril en realidad es por una cuestión psicológica. "Y los problemas de la mente no tienen una solución quirúrgica", sostiene. Además, argumenta que los resultados de estas intervenciones todavía deben mejorarse.

Pero el retoque estético del pene es menos frecuente. Lo más común entre los varones es, dentro de la cirugía estética genital, la liposucción del pubis. Consiste en retirar la grasa de la zona del vello público para que el pene no quede tan escondido debajo de la barriga. Así, el miembro masculino no es más grande, pero lo parece.

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