El cirujano malagueño que quiere mejorar muchas vidas

Diseña un dispositivo que incrementa el éxito de la cirugía de las fístulas perianales y que ha sido seleccionado en un estudio de EE.UU entre el instrumental más relevante

Los investigadores en biomedicina se cuadruplican en una década y ya son más de 1.100 en Málaga

El cirujano malagueño Javier Pérez Lara.
El cirujano malagueño Javier Pérez Lara. / M. H.

Dice Javier Pérez Lara que siempre fue muy curioso, desde niño. Así se explica que este médico malagueño haya publicado más de un centenar de artículos científicos con innovaciones aplicables a la cirugía y que tenga media docena de patentes para mejorar el trabajo en quirófano. La última, un dispositivo para limpiar las fístulas perianales que ha elevado el éxito en esas intervenciones. “Cuando operas a una persona, le arreglas la vida a ese paciente; pero cuando ideas estos dispositivos, le puedes arreglar la vida a muchísimas más”, comenta el facultativo que es jefe de Cirugía General y Digestiva del Hospital de Antequera.

Porque esa herramienta quirúrgica que ha ideado, dado que mejora los resultados de las operaciones, puede cambiar la vida de muchos pacientes, además de facilitar el trabajo de otros cirujanos. El invento es una legra nueva, un instrumento quirúrgico minúsculo, diferente a los que existían hasta ahora, que sirve para limpiar todo el interior de las fístulas y aumentar así las posibilidades de que se cierren. Es decir, de que se curen.

Diseños del malagueño en comparación con un euro.
Diseños del malagueño en comparación con un euro. / M. H.

No debe ir descaminado el facultativo cuando su creación ha sido seleccionada en un estudio del gobierno de Estados Unidos entre 465 dispositivos innovadores en el ámbito de la coloproctología. Ésta es la subespecialidad de la Cirugía General y Digestiva que se centra en las patologías de colon, recto y ano.

Pérez Lara explica que las fístulas son “bastante fastidiosas” porque a veces producen supuración crónica, provocan abscesos, se infectan y obligan a poner drenajes. El aparato digestivo es un canal que acaba en el ano. Las fístulas vienen a ser pequeños túneles que no deberían existir, pero que crea el organismo para expulsar pus de infecciones. Son bastante frecuentes y debido a las heces de esa parte del cuerpo, no cicatrizan con facilidad. Pueden medir un centímetro o hasta 10 ó 15.

El problema es que en los bordes de ese túnel se crea un tejido fibroso que dificulta el cierre de la herida. Eliminarlo es la clave para preparar la zona para su cierre quirúrgico posterior. Es decir, para acabar con la fístula. Con las cucharillas quirúrgicas que había hasta ahora (legras) sólo se podía quitar parte de ese tejido fibroso. La que inventó el cirujano malagueño permite limpiar todo el interior del túnel de la fístula. Según los resultados preliminares del estudio experimental realizado en el Hospital de Antequera , el nuevo dispositivo elevó el cierre de las fístulas tras las operaciones del 66 al 88%.

Tanto esta investigación como el novedoso material quirúrgico fueron publicados en revistas científicas de Cirugía de alto impacto. Fue en esas publicaciones donde expertos de EE.UU seleccionaron su dispositivo entre los 18 más relevantes de la coloproctología. Pérez Lara aclara que la legra que ideó primero se probó en animales y luego en humanos, cumpliendo una serie de requisitos muy estrictos y con el correspondiente consentimiento informado de los pacientes.

Muchas horas le ha echado al invento. Además de su actividad asistencial como cirujano y su labor de gestión como jefe del servicio, en sus ratos libres maquinaba cómo innovar en el instrumental para mejorar los resultados de las intervenciones. Para ello, con su ordenador, en casa, en sus ratos libres hizo el diseño del nuevo dispositivo. Luego contactó con una empresa de Estados Unidos que los imprimió en acero quirúrgico o titanio.

Cuando se le pregunta cuánto ha gastado y ganado, se ríe. “Todo me lo pagaba yo. No he ganado nada, pero los que ganan son los pacientes del día de mañana. La visión del científico es la utilidad de lo que va a hacer. Yo busco que mis patentes sean útiles, no busco un ingreso”, argumenta. Dice que en ese camino de innovación le ayudan sus conocimientos técnicos para diseñar nuevo instrumental. “Pero también tenemos que estar coordinados con ingenieros”, aclara.

Porque así se suma sapiencia para resolver los problemas cotidianos de los cirujanos en el quirófano. Por eso agradece el apoyo de la fundación Fimabis que le dio la cobertura para la patente y de Ignacio Díaz de Tuesta, cirujano cardiovascular del Hospital Regional, que le ayudó en el diseño en 3D. “Yo de niño quería ser científico, no cirujano. Con estas innovaciones combino las dos cosas. Esa inquietud la llevo dentro”, afirma cuando se le pregunta qué le mueve a echarle tantas horas a investigar, crear e inventar.

Aclara que aún no está todo el trabajo hecho. Porque sus legras no se pueden emplear aún en la rutina quirúrgica. La selección en ese estudio de EE.UU solo indica que está entre el instrumental más relevante. Pero para usarlo de forma cotidiana en un quirófano tendrá que validarse antes. De modo que si las cosas de palacio van despacio, las de la ciencia aún más. Por que hacen falta profesionales con creatividad para investigar y muchos estudios previos para garantizar la seguridad de los pacientes. Pero gracias a los sanitarios curiosos y persistentes avanza la Medicina. Y para ello, Pérez Lara ya ha puesto muchos granitos de arena.

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