Málaga

La clínica de cirugía estética investigada decide cerrar temporalmente sus puertas

Un agente de la Policía Nacional durante uno de los registros de la clínica.

Un agente de la Policía Nacional durante uno de los registros de la clínica. / POLICÍA NACIONAL

La clínica de medicina y cirugía estética Nikki Reina, que ha recibido al menos una veintena de denuncias de afectadas por "lesiones irreversibles", decide cerrar temporalmente sus puertas. Mientras, algunas clientas reclaman el dinero que le abonaron tras contratar sus servicios y no poder llevarlos a cabo; otras, recién intervenidas, piden una revisión médica.

Aunque la administradora de la clínica, la ex directora y dos cirujanos fueron detenidos, el establecimiento puede permanecer abierto hasta que la Consejería de Sanidad y Consumo emita un informe con la decisión que ha adoptado sobre el futuro del establecimiento. 

Si bien, la decisión adoptada por la empresa ha sido "cerrar unos días para dedicarnos a aclarar la situación y que la verdad quede demostrada cuanto antes". Así lo han explicado, a través de un correo electrónico, a una clienta que abonó una señal de 3.000 euros para realizarse una maxtopexia, un tratamiento consistente en elevar y mejorar la forma de las mamas.

No quiere que aparezca su nombre, pues todavía tiene esperanzas de recuperar su dinero. Pero, se encuentra "desesperada", asegura. Como casi todas las chicas, ella encontró la clínica a través de redes sociales y decidió concertar una primera cita. En ese encuentro la atendió una "asesora". Así se presentó, cuenta. "A mí me pareció una vendedora de seguros porque todo el rato me hacía ver el cuerpo tan feo que tenía. Yo salí de allí planteándome hacerme de todo", asegura. 

Transcurridos unos días y convencida de que pasaría por quirófano para realizarse una maxtopexia reconstructiva con prótesis, pagó más de la mitad del precio total de la operación de pecho, que ascendía a los 5.700 euros, mientras esperaba que le concertaran una fecha para la intervención. Sin embargo, explica que al poco tiempo sufrió un brote de psoriasis, que imposibilitó la intervención quirúrgica.

En marzo de este año, -continúa narrando- volvió a la clínica. Pero, esta vez, dispuesta a realizarse también una abdominoplastia más compleja que la habitual, cuyo precio escalaba hasta los 13.420. Intentó financiarla en 60 cuotas de unos 219,34 euros. Sin embargo, la clínica le dijo que su banco le denegaba este proceso, por lo que no pudieron llevarlo a fin. 

Hace poco más de una semana, su pareja -siempre según su versión- comenzó a llamar a la clínica para volver a tratar de financiar el tratamiento o, de no poderse llevar a cabo, pagar la cantidad íntegra, y que cuando tuvieran un hueco en quirófano la operaran. Sin embargo, las llamadas nunca tuvieron respuesta

En ese momento, la mujer descubrió que algunas clientas habían denunciado que, tras someterse a un tratamiento estético en la citada clínica habían quedado con secuelas, algunas graves e irreversibles. Además, los agentes también pudieron comprobar que varios empleados del establecimiento estaban llevando a cabo intervenciones de cirugía mayor sin tener titulación para realizarlas, llegando a falsificar la documentación de las intervenciones -en las que añadían los nombres de médicos colegiados autorizados para dicha praxis-.

Confiesa que no se encuentra cómoda con su cuerpo y esto le afecta psicológicamente. También reconoce que le duele si finalmente pierde el dinero porque tiene "tres hijos" y le "cuesta mucho ganarlos". No obstante, se muestra "aliviada" porque "la salud vale más que todo eso". 

Tras intentar ponerse en contacto con la clínica de cirugía estética -tanto ella como su marido- a través de varias vías, insiste en que que la única respuesta que ha recibido es por correo electrónico. Aunque en el mensaje prometen que se pondrán "de nuevo en contacto a la mayor brevedad" y piden "paciencia", S. critica que "en ningún momento hacen mención a qué va a pasar con mi dinero". 

Otras mujeres fueron intervenidas poco antes de que la clínica cerrara. Es el caso de O., que se sometió a una liposucción de papada hace poco más de tres semanas. En un primer momento, dio una señal de 200 euros; más tarde, pagó el resto de la intervención. En total, 1.260 euros, que incluían también cinco masajes drenajes. 

En la primera consulta con el médico tras la operación, cuenta que le quitó los puntos y le dio cita para la siguiente semana, donde empezaría con los masajes. "Era Lunes Santo. Me presenté allí y estaba la puerta cerrada. Toqué el timbre y no respondían, así que volví a casa", relata.

Fue una chica de recepción la que le escribió para informarle que el establecimiento permanecería cerrado temporalmente. "A mí me acababan de quitar unos puntos y no sabía qué hacer. Solo pedía una consulta y consejos de un médico, aunque fuese por teléfono. Y me han dejado sin nada", lamenta

La investigación, a cargo del Grupo II de delincuencia económica de la Policía Nacional de Málaga, sigue abierta, pues continúa el goteo de denuncias de mujeres que aseguran haber resultado afectadas tras contratar servicios en Nikki Reina. Mientras tanto, la responsable del negocio, la que fuera directora y los cirujanos están siendo investigados por los delitos de pertenencia a grupo criminal, lesiones, estafa, usurpación de funciones, delito contra los derechos de los consumidores y falsedad documental. De la operación entiende el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga.

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