La histórica calima en Málaga parece que se va desvaneciendo. Aunque los expertos afirmaron que se apreciarían hasta hoy las consecuencias de esta masa de polvo en suspensión proveniente del desierto del Sáhara, el desvanecimiento de las precipitaciones ha provocado que los malagueños decidan retirar los efectos que ha tenido este fenómeno en los coches. Desde ayer ya se podían ver colas en los puntos de lavados de la gasolinera y el panorama ha sido similar durante el día de hoy. "Como pasa siempre, lo lavé el domingo y mira la que ha caído". Estos testimonios se escuchaban durante la mañana en las gasolineras de la ciudad. A pesar de que la lluvia del martes por la noche sirvió para aclarar las partículas de polvo que se aglutinaban los vehículos, las carreteras de la ciudad han sido testigos de una estampa extraordinaria en la que las carrocerías estaban camufladas de color marrón. 

En la gasolinera Repsol situada en la Urbanización El Candado en dirección Málaga, los tres espacios de auto lavado a presión estaban ocupados y tenían a un par de vehículos esperando su turno en cada una de las cabinas. La imagen en el establecimiento de enfrente, el cual corresponde a la misma casa, era similar en el único túnel de lavado de este. Los trabajadores de la gasolinera afirman que desde que se fueron las lluvias del martes, llevan dos días registrando estas colas. “A todas horas hemos tenido gente, tanto ayer como hoy”, explicaba Guillermo Martín, dependiente de la gasolinera. En una distancia de diez kilómetros, la gasolinera situada en la Avenida Salvador Allende en los Baños del Carmen, se podía apreciar la misma situación. A media mañana, unos diez vehículos estaban limpiando sus coches en las tres máquinas de presión o esperaban su turno. La dependienta, Sara Madrid, explicaba que ayer hubo gente pero que cree que hoy habrá más porque ya parece que no vendrán más lluvias.

Los motivos por los que se están formando estas aglomeraciones resultaban evidentes. “Parecía que estaba limpio, porque la lluvia lo aclaró, pero al darle con la manguera por las ruedas con más detalle, ha salido mucho barro”, afirmaba Manuel Santiago, un malagueño que acababa de salir del túnel de autolavado en la gasolinera de Pedregalejo. Además de la cuestión estética, los mecánicos advirtieron que este polvo podría dañar el vehículo. Así, Carla de Paula, quien estaba esperando su turno en la misma gasolinera, explicaba que iba a aprovechar para llevar el coche al taller y que revisaran si los filtros estaban correctamente. Desde la cadena de talleres Euromaster informaban que la calima afectaría principalmente a las lunas y a los filtros. En el primer caso explicaban que los cristales se podían rayar y recomendaban echar mucha agua antes de empezar a conducir. Los filtros suponían el tema más delicado, ya que su función es precisamente evitar que entre partículas al vehículo, por lo que con tanto polvo se podrían llenar rápidamente. De esta manera, explicaban que el lleno del filtro del habitáculo afectaría al aire de dentro del coche y la suciedad en el filtro del aire del motor podría desencadenar en averías más costosas.

No es la primera vez que Málaga ha presenciado este fenómeno, de hecho, el director del Centro Meteorológico en Málaga (AEMET), Jesús Riesco explicaba a este periódico que la calima es muy común durante los meses de verano. Sin embargo, afirma que es la primera vez que se manifestaba con tanta intensidad. Riesco declaró que a partir de hoy se iría trasladando al sur este de la Península y que el riesgo de precipitación en el día sería muy bajo y puntual, dejando precipitaciones leves. El efecto sepia que inundaba la ciudad parece que está llegando a su fin, ahora es el turno de las mangueras, los cubos de agua y las fregonas para disuadir el barro que se ha convertido en el protagonista de esta semana de marzo en toda España.