Málaga

"Era una columna de fuego que parecía viva"

  • Protagonistas del gran incendio forestal de la Costa del Sol narran sus vivencias en el quinto aniversario del fuego

El pueblo de Ojén se fue a la cama tarde y con preocupación mientras miraba desde sus terrazas un incendio emergente en la noche del 30 de agosto de 2012. El fuego había empezado tan solo unas horas antes en el espacio natural de Barranco Blanco, entre Alhaurín el Grande y Coín, pero las llamas se propagaron a una sorprendente rapidez y, por la noche, las columnas de humo se veían desde el pueblo que pocas horas después tendría que ser evacuado ante el avance de un incendio que acabaría engullendo más de 8.000 hectáreas y desbordando a bomberos y servicios de emergencias.

"Estábamos dormidos y la Policía vino muy alarmada a desalojar el pueblo", recuerda cinco años después Guillermo González, vecino de Ojén. González admitió haber estado observando el fuego, pero que no concedió al mismo la importancia que finalmente acabaría teniendo: "Me acosté a las 2:00 mirando el incendio pero las llamas no se veían desde el pueblo, solo el humo. Me sorprendió mucho que me levantaran una hora después para evacuar el pueblo". El vecino aún recuerda el "nerviosismo y ansia" imperantes aquella madrugada en la que todo un pueblo se echó a la calle para huir del incendio. "Era una columna de fuego que parecía viva, no recuerdo nada similar jamás", relata.

Aquella noche, hubo rumores de que el hotel Refugio del Juanar, uno de los grandes atractivos del pueblo, estaba siendo presa de las llamas. Sin embargo, González, que también es presidente de la cooperativa de trabajadores que gestiona el hotel, jamás creyó esa posibilidad: "Yo sabía que el fuego no iba a llegar nunca a El Juanar. La tele llegó a decir que el Refugio del Juanar estaba ardiendo, pero no puede arder en la vida porque está muy protegido por pinos alrededor".

Tal fue su convicción que González pasó la noche en El Juanar, al tiempo que su familia iba de camino a Málaga o Marbella. "La Policía no nos quiso dejar entrar, pero tan pronto como se fueron entré. Exageraron un poco en la respuesta aquí". El trabajador del hotel admite que desde entonces la gente ha tenido "mucho más cuidado" cuando se trata de quemar rastrojos y en las labores agrarias. "Antes se cortaba y se limpiaba con máquinas eléctricas y de gasoil y ahora ya no se hace", añade.

Misma opinión tiene José Francisco Espinosa, máximo responsable técnico del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB). Espinosa estaba de vacaciones aquel viernes de agosto en el que se inició el fuego. La importancia del mismo obligó a un fin de vacaciones anticipado: "Cuando a las 20:00 me fui acercando al incendio y vi esa enorme columna de humo me dije que estaba ante uno de los complicados". Y vaya si lo fue. Esa noche fue "la más complicada" para el director técnico del CPB. "Jamás imaginaría que luego nos pasaría lo que nos pasó y de la manera en que corrió el fuego", rememora.

Fue cuestión de horas. A las 19:00 el fuego empezó cerca de Coín, y unas pocas horas después las llamas acechaban urbanizaciones en las inmediaciones de Marbella. "Tuvimos que cerrar parques de bomberos, porque fue el despliegue más grande del Consorcio de Bomberos de siempre. Nunca habíamos tenido 15 dotaciones de bomberos desplazadas", relata Espinosa. El bombero, al contrario que el presidente de la cooperativa del Juanar, sí que llegó a temer que el incendio se propagase por aquella zona: "Estuvimos defendiendo con uñas y dientes la carretera de Ojén para evitar que llegara a El Juanar, porque el valor ecológico de la zona es irrecuperable".

Un importante incendio cerca de Mijas un par de años atrás ayudó mucho a la causa de la extinción del gran incendio de la Costa del Sol: "De ese primer fuego aprendimos lecciones tales como tener un mando único a nivel de servicio de bomberos que se interlocute con Infoca, o compartir comunicaciones de radio entre los diferentes servicios de bomberos de la provincia. Eso nos ayudó para el gran fuego".

Uno de los grandes problemas que dificultó la labor de los bomberos durante esos tres días de lucha contra las llamas fue la planificación urbanística de la Costa del Sol, cuenta Espinosa: "Hay demasiadas urbanizaciones en medio de la nada y como había que protegerlas nos mermó la capacidad de respuestas para extinguir el incendio antes". El director técnico provincial del Cuerpo cree que la rapidez del fuego tiene algunas ventajas: "Cuando el fuego va a gran velocidad, la aceptación de calor es inferior porque ha corrido mucho, lo que ayudó a extinguirlo. Y por eso la regeneración de la zona ha sido tan buena".

La reforestación de la zona ha cuajado bien, pese a que "habrá que esperar años hasta que los bosques vuelvan a tener la envergadura que tenían antes", recalca el alcalde de Ojén, José Antonio Gómez. A pesar de que las llamas nunca llegaron al pueblo, el regidor no se arrepiente "en absoluto" de tomar la decisión de evacuar el pueblo, ya que "no quise jugar con la seguridad de los niños y adultos más vulnerables" y cuya potencial escapada posterior hubiera sido más compleja. "Si hiciéramos hoy un simulacro de evacuación, no nos saldría tan bien y ordenado como lo hicieron los vecinos ese día", añade. Gómez relata que no olvidará nunca es "como el fuego era más rápido que el todoterreno en el que avisábamos a la gente para que evacuara".

Ojén había tenido incendios e inundaciones de pequeña envergadura previamente, pero ninguna como la parte que les tocó del incendio de la Costa del Sol. Tampoco encuentra precendentes en la memoria el director del Centro Operativo Provincial del Infoca, Adriano Vázquez: "La velocidad de propagación era inmensa, la cantidad de focos secundarios, la meteorología era la peor que se podía tener. Se tienen pocos incendios como ese en la vida". Vázquez cree que la coordinación entre Infoca, bomberos y servicios de emergencias salvó una "cantidad importante de vidas" de un incendio que se cobró dos víctimas mortales.

Todos los testigos coindicen en que el desastre pudo ser mucho mayor, por eso la concienciación para evitar tragedias forestales como la de 2012 ha calado de manera importante en todos los estratos de la sociedad. El alcalde de Ojén asegura que las sanciones a los que quemen rastrojos de forma improcedente "se aplican a rajatabla" y los responsables del CPB como Infoca advierten de la proliferación de incendios por culpa de colillas arrojadas por conductores. Evitar otra tragedia similar está en nuestras manos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios